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ahora se ve que tienen una frecuencia de quizás un minuto, una frecuencia tremenda, considerando las dimensiones involucradas.

Todo ello es fascinante y ciertamente justifica la curiosidad humana y estudios sostenidos, pero ¿por qué estudios tan intensos, con tantos telescopios a la vez, no solamente en este observatorio sino en otros? - sin mencionar los muy recientes telescopios de rayos X que se empezó a utilizar recién en la década de 1970 porque estos telescopios de rayos X pueden funcionar solamente encima de la atmósfera terrestre, y es recién en dicha década que se volvieron disponibles los medios para llevar tales telescopios encima de la atmósfera, por los satélites artificiales.

La razón de tanta urgencia en los estudios solares, en vez de estudios pausados con una dignidad universitaria, es muy simple: todo lo que pasa en el Sol causa disrupciones en la Tierra - en las comunicaciones radiales, en los radares - y disrupciones en el ambiente interplanetario - en la densidad misma de este ambiente interplanetario, sin contar el peligro mortal de las corrientes de partículas nucleares para los tripulantes de los satélites artificiales - todo lo cual, disrupciones en la Tierra y en el espacio interplanetario, es, para el funcionamiento y el control de cohetes y de satélites, lo mismo que tormentas en el mar para los veleros de antaño; y ¿cómo se puede ir preparando cohetes y satélites para la próxima si no se puede predecir las disrupciones causadas por los caprichos del Sol?

Es por ello, y no por curiosidad intelectual, que se trata tan febrilmente de juntar las observaciones que podrían permitir el pronóstico de la meteorología solar para las actividades extra-terrestres como se trata de prever la meteorología terrestre para las actividades terrestres, y estar listo para la próxima.

De ahora en adelante, el Sol allí arriba será para nosotros un mundo diferente del que era hasta ahora.

Decidimos pasar el resto del día aquí, en nuestra linda pradera particular, en el silencio, en el aire puro - por lo menos así esperamos, porque en este país nunca se sabe - siguiendo despejando el atraso en nuestros trabajos de escritorio.

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Sí, fue nuestro resto de ayer sumamente atareado; nos fuimos a acostar a las 0:30, y esta mañana a las 6, ya estábamos otra vez levantados. Pero así pudimos ver la hermosura del firmamento nocturno - porque parece que, en los días y las noches que estuvimos aquí, las nubes les hicieron miserias a los astrónomos solares, cubriendo el cielo de día, mientras nos favorecieron a nosotros, despejándonoslo de noche.