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ideal para ir disolviendo en grande la piedra caliza; y es lo que va ocurriendo a medida que el agua sube hacia la superficie, de manera que, cuando llega a la superficie, es, en realidad, una solución ácida saturada de cal.

Una vez al aire libre, el anhídrido carbónico escapa de dicha solución, reduciendo así ésta en su nivel ácido, y por consiguiente en su habilidad de mantener la cal en solución, por lo que la cal empieza a asentarse en sedimentos. Geólogos calculan que, en esta sección del parque, más de dos toneladas de piedra caliza disuelta se derraman por la superficie y solidifican cada día.

Ahora interviene una particularidad en la manera que tiene el anhídrido carbónico de escapar del agua: cuanto más tranquila el agua, tanto más lentamente escapa; quiere decir que, donde el agua, como pasa muy a menudo, se asienta en una pequeña plataforma y luego cae por los rebordes, por una parte, donde el agua se asienta aun temporalmente y se queda tranquila, el anhídrido carbónico escapa poco, la cal se deposita poco, y por otra parte, ahí donde el agua cae, donde por lo tanto se mueve más rápido y pierde su anhídrido carbónico más rápido, la cal se va depositando más rápido, formando así una pestaña vertical a lo largo del reborde, resultando así un ojo de agua todavía más tranquila y una caída de agua por encima de la pestaña todavía más agitada, creciendo así la pestaña todavía más rápidamente ... hasta que la pestaña alcanza demasiada altura, se quiebra, el agua acumulada se vacía, y todo el proceso vuelve a repetirse en algún nivel inferior, formándose así, a la larga, sucesiones de andenes de pestañas aproximadamente semi-circulares como palcos en un teatro, en acumulaciones bastante llamativas.



Los andenes

Otro factor que influye en la capacidad del agua de mantener material en solución es su ambitura. Más calor, más retención de solución, menos calor, menos retención. Vale decir que, en las zonas tranquilas, el calor más conservado también ayuda a una menor precipitación de la cal, y que, en las zonas de caída, el calor menos conservado también ayuda a una mayor precipitación de la cal.

Una característica de tales depósitos de cal, acumulados sin prisa pero sin pausa por el agua - más exactamente por la solución caliente ácida carbónica, que es lo que hace la diferencia - es que tienen, en términos geológicos, una evolución muy rápida: hay acumulaciones que, hace 50 años, eran las joyas de esta sección del parque, pero que, hoy, yacen como montones de cascotes; y viceversa, las acumulaciones que hoy son las preferidas, empezaron a formarse hace 10 ó 20 años solamente.

Rapidez que queda, en realidad, muy evidente por los troncos de árboles, desarrollados pero hoy muertos, incrustados, en varios grados, dentro de la masa de ciertos de los depósitos - atestiguan do que los depósitos empezaron a formarse y derramarse alrededor de los árboles cuando éstos ya estaban crecidos, hasta sofocarlos, en tiempos tan recientes que estos árboles no tuvieron el tiempo todavía de podrirse y se quedan como mudos testigos de lo acontecido tan rápidamente.