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Así que la incomprensiblemente larga historia geológica de esta región, tal como contada por los estratos cuyas puntas atravesamos hasta ahora, es como sigue; empezando con la primera capa que tocamos y que es la más reciente, de 80 millones de años atrás, el anteayer de la geología.

Cuenta su historia la capa 1.

Hace 80 millones de años, nada vivía y nada caminaba en tierra firme por aquí. Había un mar, del cual quedan hoy estos sedimentos de arcilla, con los restos fosilizados de las criaturas marinas de entonces.

Cuenta su historia la capa 2.

Antes de este mar, sin embargo, prosperaban en este mismo sitio, durante millones de años, grandes bosques tropicales, los restos de los cuales, enterrados eventualmente a gran profundidad y bajo gran presión, y protegidos del aire, hoy existen en forma de depósitos de carbón.

También, en la superficie de este segundo corte geológico, se encuentra lo que el marcador describe como rocas esféricas de hasta tres metros de diámetro. Estas piedras, las vimos, y no son, en realidad, lo que suenan en el papel; se trata de restos deshechos de lo que otrora era tales piedras redondas, pero hoy ya no lo es. Quizás las esferas líticas no deshechas por la intemperie habrán sido llevadas a alguna parte.

Teníamos interés en ver estas piedras porque habíamos leído afirmaciones de la existencia de piedras perfectamente esféricas en varios lugares de América y, según dichas afirmaciones, de su origen artificial misterioso, para no decir extra-terrestre.

La formación de estas esferas de piedra no es misteriosa pero es tan interesante como si fuera misteriosa. Todo empieza no con una piedra amorfa, mayor que la esfera, de alguna manera redondeada, rebajada, en forma de esfera, sino, al contrario, con alguna partícula, que bien puede ser pequeñísima, alrededor de la cual se agarra una primera película de calcita, alrededor de la cual van pacientemente creciendo concreciones, de películas tras películas de calcita hasta alcanzar los varios tamaños que se conoce. En otras palabras, decimos nosotros, no hay diferencia en su mecanismo formativo entre estas esferas líticas y perlas.

En esta capa, las bolas pétreas saben tener un fósil en su centro - que es la partícula que empezó la formación de la bola.

Cuenta su historia la capa 3.

Mucho antes de dicha exuberancia tropical, o sea hace 120 millones de años, esta región era otra vez un mar, y de ese mar nos queda, hoy, esta capa de sedimentos, de pizarra que, nos dicen los técnicos, contiene huesos y escamas fosilizados de peces.