español english français česky

También en un momento de lo anterior, cruzamos camino otra vez con el derrotero de la expedición Domínguez-Escalante, con la cual ya nos hemos encontrado, yendo para Bryce.

Debe de haber sido una prueba de convicción o de abnegación, o de locura, recorrer a caballo, sin saber qué esperar, estos tremendos espacios áridos que parecen interminables aun a 70 ó 100 kilómetros por hora, aun sabiendo a dónde se va.

Finalmente, ingresamos a la reserva de relegación navaja, la misma que ya cruzamos de par en par cuando nos dirigíamos hacia el Gran Cañón desde el sur; pero, ahora estamos en otra zona por completo. Lo único a la vista, aquí, es la misma dificultad de subsistir de los Navajos en el medio de esta aridez.

Hay aquí, un poco fuera de nuestro camino hacia Mesa Verde, unas ruinas de nombre Monumento Nacional Navajo. Vamos a ver si las visitamos mañana. Con tal propósito, desviamos hacia ellas, y aquí vamos a pernoctar.

Después de un día con tantos imprevistos como hoy, no es de extrañarse que estamos siempre corriendo tratando de agarrar el reloj por la cola.

Y con todo ello, ¿qué fue aquello que dos veces no alcanzamos a decir? Nada importante, pero con su importancia. Que nuestra próxima meta, Mesa Verde, es el mayor sitio, quizás el único sitio, de arqueología físicamente compleja de Vespuccia y Canadá, o sea de América al norte de México.

. .
*

Esta mañana, echamos un vistazo al Monumento Nacional Navajo.

Menos mal que tuvimos dos inesperadas atracciones accesorias para justificar la caminata porque el objeto propiamente dicho de la caminata sirvió solamente a subrayar, otra vez más, ya sea el poco respeto que este país tiene para con la cultura, o quizás la deficiencia conceptual angla, o ambos: este Monumento Nacional Navajo nada tiene de navajo. Se trata de un poblado de acantilado, o sea aprovechando un acantilado para protección, como hay muchos en esta parte del continente, estrategia cuyo exponente máximo es precisamente el sitio de Mesa Verde adonde nos estamos dirigiendo; y todo ello sin ninguna relación intrínseca con la historia navaja. Por la pura casualidad de que estas ruinas se encuentran en territorio que hoy es la reserva navaja, las autoridades - no sabemos cuáles ¿arqueólogas? - ¿administrativas? - las llaman navajas, instilando en la percepción de las masas, tanto nacionales como extranjeras, una noción totalmente errónea.

Tal, la falta de cultura o conceptualismo de este país.