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Y el tercer tema que nos tiene ocupados es el mosaico de estados. Ayer, estábamos en Utah, hoy estamos en Arizona; hoy, si Dios quiere, pasaremos por un rinconcito de Nuevo México, después de lo cual estaremos en seguida en el estado de Colorado; pero no por mucho tiempo, quizás un día o dos, y en seguida volveremos a entrar a Utah; y a Nuevo México, volveremos otra vez; y a Colorado, volveremos otra vez; y a Montana, volveremos otra vez ...

Viajando. Seguimos recorriendo el fondo de la primera curva de nuestra gran S acostada por el medio del oeste de Vespuccia. Nuestra próxima meta es el sitio arqueológico llamado Mesa Verde, el primer sitio arqueológico de - - - Interrupción.

Qué larga interrupción. ¿Qué estábamos diciendo? Ni nos acordamos. Ah, sí, estábamos diciendo que nuestra próxima meta, Mesa Verde, es el primer sitio arqueológico físicamente complejo en esta Expedición - - - No, no puede ser. Otra interrupción.

Por tercera vez - y esta vez, sin peligro de interrupción, porque ya estamos instalados para pernoctar.

Así que - esta mañana, al poco tiempo de alejarnos de nuestro dormitorio de anoche, habían desaparecido los hermosos bosques de majestuosos pinos ponderosa, y habían sido reemplazados por pinos piñones; y nosotros estábamos viajando por esta vegetación más diminuta y más encorvada, tratando de mantener las anotaciones al día, cuando nos encontramos con un panorama de dos colores contrastantes, un verde pálido en el fondo de un valle sedimentario y un bermejo bastante pronunciado en los farallones a lo largo del valle, y ahí fue la primera interrupción - por más razones que el panorama, y por más tiempo de lo pensado.

Estábamos parados tratando de sacar una fotografía de la vista, cuando paró otro coche. ¿Quién salió de éste? Unos paraborígenes. ¿Para qué? Se dirigieron de paso decidido a los pinos piñones y empezaron a recoger algo. Ahí nos avivamos que debía de ser la época de las piñolas, aquellas semillas gigantescas de las piñas, y edibles.

Božka se puso en campaña, fue a inspeccionar los árboles y, sí, efectivamente, ahí no más, había una abundante cosecha de piñolas. ¿Qué hizo Božka? Pues, empezó a cosechar. Así pudo aprender en carne propia qué era ser una paraborigen haciendo su cosecha de piñolas para alimentar la familia; aprendió lo que es pasar de árbol en árbol, subiendo y bajando por un terreno desigual, pedregoso y seco; aprendió que las piñolas maduras salen solas de las piñas, no así las no maduras; asimismo descubrió muy pronto que cada piña tiene una gran cantidad de resina, que, a la vista, queda hermosa, especialmente cuando el Sol la hace brillar como si fuera un diamante, y que seguramente les servía para algo a los paraborígenes, pero que, también con toda seguridad, le enchastró tanto los dedos a Božka que ya no sabía qué hacer, hasta que, por fin, se avivó y descubrió lo que las paraborígenes tienen que haber >>>>>>>>>>>>>>>>