ð luego, tuvimos la suerte y el privilegio de asistir al ensayo semanal del famoso coro mormón, en el igualmente famoso tabernáculo, esta vez, en conjunto con la orquesta sinfónica de Utah bajo la dirección de Stanislav Skrovachevski; naturalmente, no teníamos entradas, y éstas, naturalmente, estaban agotadas, pero dio la casualidad que una señora que nos vio con deseos de entrar pero sin boletos, y que era mormona, nos invitó a seguirla, y antes de que nos diéramos cuenta, estábamos instalados en el medio del tabernáculo, esperando el concierto;

ð y fue, después del concierto, con la misma señora, que hablamos, sentados en nuestro coche, hasta pasadas las 23; ¿de qué? de mormonismo, naturalmente.

Después de dormir en la calle, esta mañana, volvimos al recinto, hablamos con un par de Mormones más, recorrimos la ciudad de Salt Lake, y salimos de la ciudad.

<ð> En cuanto a nuestra visita de las instalaciones físicas del recinto mormón, vimos lo siguiente.

De los varios edificios del recinto, los dos más famosos son el tabernáculo y el templo. De afuera, estos dos edificios, así como los demás del recinto, son de arquitectura perfectamente mediocre, quizás el testimonio de la sincera inspiración religiosa pero total ausencia de inspiración estética de los primeros adherentes de esta nueva religión.

> Visitamos el tabernáculo. Por dentro, su notable amplitud tiene una austeridad espartana, con un magnífico órgano y los bancos necesarios para los feligreses o los oyentes.

» El órgano está hecho de madera, inclusive sus tubos - de largos desde 2 centímetros a 9,6 metros - porque era el único material de que disponían los fundadores del mormonismo.

» Hubiese sido el deseo de los fundadores hacer los bancos de roble, y una columnata interior, de mármol; pero disponían solamente de pino blanco, y aun ello a costo de gran sacrificio en este desierto; así que los bancos son de pino blanco terminado para parecer roble, y la columnata es de pino blanco terminado para parecer mármol.

» El cielorraso, de forma ovalada, está perfectamente desnudo, apenas revocado de blanco; para hacer las cosas peores, está recargado de instalaciones de luces teatrales para iluminar el órgano y el coro en las funciones televisadas.

» Pero lo que este tabernáculo no tiene en apariencia física, lo tiene cien veces en acústica, una acústica fenomenal; quizás sea la forma ovalada, quizás sea la hechura de madera únicamente, ni siquiera con clavos, quizás sea el volumen de aire, de varios metros de alto, entre el cielorraso y el techo externo - pero es una acústica impresionante y única.