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quizás por la época del año - aunque el tiempo no es como para que todo el mundo se quede claustrado entre cuatro paredes - pero resulta que recién decidimos, por desesperación, llamar en una casa para pedir una información, y no encontramos a nadie, y llamamos en varias casas, y a nadie encontramos; de afuera, las casas dan todas las apariencias de estar llenas de actividad, con cosas desparramadas todo alrededor, y hasta con coches estacionados, pero de gente, por lo visto, ni la sombra.  ¿Dónde está todo el mundo?

Otra cosa curiosa, ahora, al desviarnos de la costa hacia la carretera trans-Canadá, es que, con todo el largo de costa que hemos recorrido, no hemos visto un solo pueblito de pesca.

Acabamos de visitar una casa de encuentros prohibidos, en las afueras de un pueblo; donde solamente adultos pueden presentarse; en otras palabras, fuimos a comprar una botella de vino.

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Esta madrugada, temperatura fuera del vehículo, once grados bien tibios. Al poner la radio para enterarnos del pronóstico, escuchamos que una abrupta bajada de temperatura está por ocurrir en un día o dos, lo que, naturalmente, no es sorprendente en estas partes y en esta época; pero lo sorprendente es de dónde está por venir esa fuerte bajada. ¿Sería del Labrador, con algún viento boreal? No, del sur, de Nueva Inglaterra - lo que se menos esperaría.

Otra vez, carretera trans-Canadá.

El acierto de los pronósticos del tiempo en estas partes parece tan bueno como en cualquier otra parte. Esta mañana, otro pronóstico fue: cien por cien, nada menos, de probabilidad de lluvia; y ahora, a las 11:30, todavía no cayó ni una gota, al contrario, el Sol está tratando de penetrar por las nubes.

Eso sí, hay un viento muy fuerte; y muchas veces echa nuestro vehículo fuera de la línea recta de movimiento - y hay que ir luchando contra el viento para estar enderezando el curso.

Hemos observado ya muchas veces, desde que empezamos a viajar por Canadá - pero hasta ahora no tuvimos el tiempo de mencionar - las bastante notables extensiones de caminos asfaltados abandonados, por su traza sinuosa, al lado de las nuevas trazas, mucho más rectas y modernas; se ve que hay un esfuerzo para hacer el tráfico más cómodo, seguro - pero no mejorando las carreteras viejas sino simplemente dejándolas que las cobre otra vez la naturaleza, y construyendo más bien otras, al lado. Ver los dos tipos de carretera, uno al lado del otro, es muy ilustrativo; no se puede dejar de reconocer que las modernas carreteras domadas serán más confortables, pero las otras, con todas >>>>>>>>