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Una cosa que no cambiará de Canadá a Vespuccia es el dólar.

El dólar, su nombre, su símbolo $, son sinónimos - en todo el abanico desde éxtasis a odio - de Vespuccia.

Y sin embargo, ni nombre, ni símbolo, son oriundos de Vespuccia; sin Chequia y sin España, más precisamente sin un cierto valle en Chequia y sin las columnas de Hércules, no habría tal nombre ni tal símbolo.

En cuanto al nombre. De una moneda, primero acuñada en 1519 en Chequia, en el "valle de Joachim" - o sea, en el idioma alemán impuesto por los hegemonistas germanos de aquel entonces, en el "Joachimsthal"; por lo tanto, moneda conocida como "del valle de Joachim" o sea como un "joachimsthaler"; abreviado, en uso práctico, en "táler"; que la desgraciada grafía angla tiene que escribir dollar para poder pronunciarlo dálr - que es la manera aproximada de pronunciar dólar.

En cuanto al símbolo $. De una moneda mexicana, de una moneda española, representando en stiacciato, en toda gloria, las dos columnas de Hércules, cada columna, ceñida en rosca por una banda, una, con la inscripción Plus, una, con la inscripción Ultra. Con tiempo, las dos majestuosas columnas se volvieron dos magras líneas verticales, y las dos ceremoniales cintas en sendas roscas se redujeron a una sola, igualmente magra, sinuosa línea abarcando las dos líneas verticales; eventualmente, hasta las dos verticales sucumbieron a más simplificación modernizante, encogiéndose en una sola vertical; llegando así, la recta, heredera de las dos columnas, y la S, heredera del Plus Ultra, a simbolizar, entre otras monedas, como el peso mexicano y otras, la moneda heredera del valle de Joaquín.

Hablando de dólares, es curioso que Vespuccia, con el caos de sus medidas, sin el cual, a juzgar por el plebiscito, no podría vivir, logra vivir feliz y contenta con el sistema decimal en su sistema monetario.

Y hablando de dólares, de Canadá a Vespuccia cambio no habrá, salvo, levemente, en el valor monetario. Un libro de ocho dólares en Vespuccia es más caro que un libro de ocho dólares en Canadá.

Basta para hoy. Fue un día que acaba de estirarse - solapadamente - en sesquidía.

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Esta mañana, estamos siguiendo por el valle.

Antes de echar a andar, fuimos a dar un paseo por el bosque.