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Bueno, acabamos de llegar al sanctum sanctórum de todos los puntos de altas mareas de la bahía de Fundy. Es un lugar que se llama Burncoat Head, un poco al este del pueblito de Noel Shore, el lugar aducido como el más específico para las mareas de esta bahía. Lo que vemos es una extensión de agua que es, en realidad, un río barroso bastante ancho, y nada más. Tenemos que creer las estadísticas, pero estas cifras extraordinarias no se traducen en una vista comparable. En otras costas, aun con mareas de números menores, el resultado visual es espectacular; pero aquí, estas mareas, seguramente la delicia de los aficionados de estadísticas, no necesariamente lo son de los observadores visuales. Lo curioso es que vimos la consecuencia de las mareas, el transvasamiento de agua, pero no las mareas.

Antes de que nos olvidemos, estas mareas serán sin duda entre las mayores de todas las mareas, pero tal vez no las mayores: la bahía de Ungava, en el norte de Québec, proclama mareas de hasta diecinueve metros de altura.

Ahora, hacia la ciudad de Halifax; puerto en la costa de Nova Scotia directamente sobre el océano Atlántico.

Tenemos que mencionar que, más temprano en el día, hemos conseguido, por fin, dos pedazos de carne de ciervo. Resulta que está prohibida la venta de carne de ciervo; los cazadores tienen que comerse su presa ellos mismos, o regalar parte a sus familiares y amigos. Así que, para nosotros, poder conseguir un pedazo de ciervo equivalió a conseguir alguien que fuera dispuesto a regalárnoslo.  Esta noche, vamos a ver qué sabor tiene.

Salidos de la serranía de parentesco escocés y escandinavo; en una carretera de relativa llanura y de trazado moderno.  Acercándonos a Halifax.

Halifax.

Recién, en sólo dos celerísimos minutos, entramos a un mercado, recibimos una sorpresa tan indescriptible que salimos corriendo a buscar un grabador, y entramos una segunda vez, para captar mejor el espectáculo vislumbrado la primera vez, micrófono en mano. Ya hemos visto mercados grandes en Vespuccia, pero éste es una cosa faraónica; probablemente, no va a ser posible describirlo adecuadamente.

Todo aquí se vende como si fuera por mayor; hay cajas enteras directamente de fábrica, tanto con todos los productos que uno habitualmente espera encontrar en un mercado, como con productos que uno no sabía que existen. Salchichas se compra de a 50 unidades; papas, de a 22,7 kilogramos - lo que corresponde a la cifra redonda de 50 libras; rellenos para tortas se ofrece en barriles abiertos, y el público se sirve lo que quiere - los hay, de los rellenos, de cerezas, manzanas, limones ... Nos parece que nuestra capacidad, o mejor dicho incapacidad, no nos va a permitir hacer una descripción realmente adecuada del >>>>>>>>