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frutas frescas, aun cuando no-orgánicas sean, hay sólo por contagota, sin variedad y a precio de farmacia. Por el precio de un solo tomate en Resolute se puede comprar en el sur todo un kilo de tomates. Nosotros, nos llenamos de la deliciosa char ártica como manera de evitar la basura comercial; char, todos los días. No hace tanto tiempo, fue salmón en grandes cantidades. Y aun éstos, char y salmón, ¿quién sabe cuánto mercurio y/u otros contaminantes acaso recibieron, tienen y transmiten? Naturalmente, nueces frescas y sanas, en Resolute no se conoce. Menos mal que trajimos una buena provisión de las nuestras. Y el pan decente, que ya es tan difícil conseguir en el sur, en Resolute, ni saben que existe; ahí, el único pan que tienen es el que está compuesto de una lista enciclopédica de productos químicos.

Por otra parte, Resolute, como muchos poblados en el norte, es una zona seca, o sea una zona donde no se vende, no se compra, no se bebe, bebidas alcohólicas. Sin embargo, tal como pasa en muchos lugares similarmente abstinentes por ley, tanto en Canadá como en Vespuccia, hay una válvula de escape para esta situación: hay un club donde cualquiera puede hacerse socio y emborracharse todo lo que quiera.  Por ley.

Los Inuit antiguos, ellos, tenían una dieta ciertamente mucho más sana; incluso verdura, no abundante pero barata, no les faltaba. ¿Cómo? En la vegetación ya medio asimilada encontrada en el estómago y los intestinos de los caribúes y de los ovíboses. A veces, hasta tenían un festín de pasta de camarones en la forma de camarones parcialmente digeridos encontrados en los intestinos y el estómago de las focas; y no era un asco necesario sino una delicia buscada.

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Nos pasamos todo hoy en nuestro dormitorio favorito fuera de Yellowknife para retomar aliento después de nuestra increíble corrida por el Alto Artico y sus fascinaciones; retomar aliento sin dejar por ello de hacer nuestros quehaceres internos, naturalmente.

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Estamos en Yellowknife para aprovisionarnos en vista del tan demorado largo viaje hacia el sur, hacia Dawson Creek.

Visitamos otra vez el negocio donde venden las esculturas inuk. Es, de verdad, un pequeño museo, y las piezas son mucho más refinadas, creativas, interesantes, que las que tiene el Museo de la Herencia del Norte.