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decreto del gobierno, transplantando Inuitas desde la isla de Baffin y desde el norte de Québec, para establecer aquí un símbolo de presencia y de soberanía.

Estos transplantes demográficos por fiat gubernamental a lugares de condiciones ambientales desconocidas y, por ende, requiriendo desconocidas tácticas de adaptación y sobrevivencia; y, ocasionalmente, en forzada coexistencia con otros transplantados - en el mejor de los casos, de comunidades extrañas sin vínculos anteriores, incluso diferentes en idioma y en costumbres, y, en casos peores, de comunidades con tradición de antipatía - y todo este trauma no reducido a una sola y final vez sino, en ciertos casos, castigando la gente varias veces, esos transplantes nada tenían ni tienen en común con el tradicional semi-nomadismo estacional, desde entorno conocido a entorno conocido y entre gente conocida.

Fue aquí que, en 1966, los Inuitas de Groenlandia y los Inuitas de la conislación canadiense refrescaron sus lazos ancestrales, cuando dos Inuitas vinieron de Groenlandia a Grise Fiord en trineo de perros.

Más tarde, unos Inuitas de Grise Fiord fueron a visitar a los de Groenlandia, pero, esta vez, ya no fueron en trineos de perros sino motorizados, símbolo de los cambios de los tiempos.

El nombre indígena de Grise Fiord es Ausuitu.

Ausuitu/Grise Fiord no tiene ningún atractivo para el viajero.

Vimos unos Inuitas cazando focas. ¿Cómo lo hacen? De la manera más cómoda que se pueda imaginar. Tienen un tambor metálico parado a orilla de la bahía y encima de él, instalado con la misma firmeza como si fuera una ametralladora, un rifle con telemira; y en otro tambor, éste, acostado, está sentado tranquilamente el cazador, pacientemente escudriñando los amontonamientos de hielo en la bahía. Hasta obtuvimos un pedazo de carne de foca; vamos a ver qué gusto tiene eso.

Así dejamos esta extraordinaria isla de Ellesmere, no menos de unos 850 kilómetros de norte a sur; donde vimos cosas extraordinarias; donde nos acercamos lo más que pudimos a Groenlandia - porque el colmo es que, oficialmente, para ir a Groenlandia desde sus íntimas vecinas de la conislación ártica, hay que ir primero a Europa, o por lo menos a Islandia; y donde alcanzamos una latitud que nunca más alcanzaremos, y que no podremos duplicar en su versión austral.

No hay duda de que nos estamos acercando otra vez a la isla de Cornwallis y a Resolute: otra vez, el tiempo está bastante nublado. Pero, no nos quejemos: tuvimos condiciones meteorológicas muy buenas para esta gira extraordinaria.

Después de nuestro regreso a Resolute, el tiempo otra vez aclaró. Aclaró lo suficientemente como para que pudiéramos ver, por primera vez en los nueve >>>>>>>>