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Hoy, martes, que es el día cuando ya podríamos haber volado a Resolute pero que habíamos decidido no hacerlo por el lúgubre pronóstico del tiempo, nos despertamos con un cielo ... sin la menor nubecita y un Sol radiante; y para volar hoy, ya es demasiado tarde. A veces, habría que tener el derecho legal de matar a un meteorólogo.

Vamos a ver qué va a pasar ahora. Mientras tanto, no hay duda de que podemos quitarnos las penas tratando de poner al día todos nuestros quehaceres internos atrasados.

Según se están perfilando las cosas, parece que vamos a viajar a Resolute el miércoles de la semana venidera.

Mientras tanto, las noticias para el futuro de nuestra Expedición no se mejoran. Hoy, aprendimos que, en el pueblito de Uchurracay, en el Perú, sus 80 habitantes fueron ultimados por guerrilleros.

En el renglón de la mosquitología, siempre se habla de los mosquitos tropicales como vectores de la malaria; pero ahora aprendimos que hay situaciones similares, de las cuales nunca se habla. Resulta que los mosquitos de Manitoba transmiten encefalitis equina. Para solucionar el problema, o tratar de solucionarlo, van a rociar gran parte de la provincia con un producto químico que se sabe que producirá trastornos en las vías respiratorias del público. Por lo menos una vez, un problema que no nos toca; a Manitoba, no vamos.

En Yellowknife, como en Whitehorse, y otras partes, la gente está muy hambrienta no solamente de sol, como ya notado, sino también de flores.

Como otro exponente de anhelo estival por aire libre, una vista muy común por aquí es una canoa invertida en el techo de muchos vehículos; a veces, vehículos compactos llevan canoas más grandes que ellos mismos; a veces, hay dos canoas en un solo techo; lo curioso es que nunca vimos ni una canoa en el agua; no debe de ser así, pero a veces nos preguntamos si todas estas canoas invertidas en los techos de tantos vehículos no son más un símbolo social que un implemento deportivo, algo como una insignia de una cofradía, salvo que demasiado voluminosa para poner en la solapa.

Aquí, en Yellowknife, como en todo el norte, la cadena oficial de radio propala, cada tarde, varias horas de programas en idiomas nativos. Como, en estos últimos días, tenemos un poco de tiempo, los escuchamos con cierta frecuencia. No sabemos de qué hablan, pero, por la manera monocorda, monótona, cómo hablan, podrían estar leyendo el horario de los trenes - perdón, trenes aquí no hay - de los aviones, que sería exactamente lo mismo: ningún alto, ningún bajo, en la voz, ningún apuro, ninguna pausa; y cuando terminan de hablar, no nos damos cuenta por algún cambio de intonación sino simplemente >>>>>>>>