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Fue otro, un tal Christin, en 1743, quien invirtió la graduación-numeración, dando 0 al hielo y 100 al vapor como se estila hoy. Pregunta: ¿Es este concepto que nos parece indiscutible, naturalmente imperativo, (0, abajo, 100, arriba - hielo-vapor), un concepto adquirido o una realidad inescapable? ¿Podría inculcarse a un infante sin prejuicio: "¡Qué frío hace! ¡35 grados! Pero mañana va a hacer más calor, en los 8 grados"?

Y otra pregunta: ¿Por qué cierta gente interpreta la C, de --ºC como inicial de Celsius? ¿No sería tan justo que fuera como inicial de Christin? ¿No sería más justo si fuera como inicial de Celsius/Christin? ¿No sería más útil si fuera como inicial de centígrado? Si bien es culto y justo conocer el autor de algo, en el uso práctico, es más útil tener presente la esencia de la cosa - en este caso, que son cien grados - y no que los inventó Celsius; y lo que no es 100/oo correcto tampoco, por lo que recién vimos.

Vamos a convertir los centígrados, de vuelta a Fahrenheit, a ver si no nos equivocamos: [(-62,70ºC x 9) : 5] + 32 = -80,86ºF.

Dentro de poco, en el paraje de Haines Junction, en Yukon, nos desviaremos hacia el pueblo de Haines, en Alaska, más exactamente, en la conislación alaskeña. Claro que "conislación". ¿Qué desvarío es referirse a un grupo de islas como archi-piélago, o sea como "mar grande y profundo"? ¿No es conislación, a la manera de constelación, más elegante?

Carretera, de tierra, pero bien apisonada. Paisaje lindo; con llanura levemente ondulada a ambos lados de la carretera; y escarpada serranía a lo lejos a nuestra derecha.

Ahora, a nuestra izquierda, desde hace casi veinte kilómetros, el larguísimo lago Kluane, y sin fin a la vista.



Cerco muy particular, después de Destruction Bay

El tiempo se ha puesto ventoso y tormentoso; espesas nubes en todos los tintes de gris, desde casi negro a casi blanco, están trenzadas en una lucha épica con los rayos del Sol tratando de abrirse paso entre ellas, con el resultado de un cuadro compuesto mayormente de grandes manchones contrastantes, claros y obscuros, cuadro realzado, hace un momento, por los hermosos colores de un ancho arco iris, y homogeneizado por el color turquesa muy obscuro del lago Kluane.

Nos estamos acercando al paraje de Haines Junction. El tiempo se apaciguó; las nubes y el Sol llegaron a un arreglo amigable: parte del cielo está ocupada por nubes, de formas, tamaños y colores varios; y parte del cielo está despejada, celeste.

Notamos que aquí, en Yukon, cuando la carretera tiene asfalto, también tiene el olaje que nos hace brincar, lo mismo que en Alaska.

No más carretera alaskana. En Haines Junction, desviamos hacia la conislación alaskana, hacia Haines.