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Ay, eso de Vespuccia va a necesitar una explicación - pero no ahora, estamos demasiado ocupados; cuando se dé la oportunidad.

Tenemos la impresión de que la bandera vespucciana se ve en muchos lugares inhabituales: por ejemplo, hace un rato, vimos un puesto de venta ambulante de panchos, con una bandera vespucciana muy en evidencia. Y ya vimos otros ejemplos de banderas en lugares donde no se esperaría.

Por fin, Waterbury.

Visitada la fábrica.  Vimos.  Descubrimos.

Es cierto que vimos cómo se fabrica, de fibra de vidrio, barquitos de juguete para playa, cómo se encima estrechamente alrededor de moldes las varias capas de telas y comprimidos de fibra de vidrio, alternando con colas y resinas, y cómo, posteriormente, se pinta y decora el producto final.

Pero más interesante fue descubrir cuánto trabajo hace falta, qué variedad de instalaciones hace falta, cuántas etapas de producción hace falta, para obtener algo que parece tan simple y hasta trivial como un juguete para la playa. Es, evidentemente, una empresa muy seria el producir un juguete. Si la gente tuviera un mejor conocimiento de todo el trabajo necesario, seguramente apreciaría más el producto.

Incidentalmente, ¿es esta fibra de vidrio realmente vidrio en fibra, en aparente indiscutible incongruencia con el concepto (y miedo) habituales de vidrio hecho añicos? Pues, sí, es vidrio de verdad; y la idea no es tan exótica o moderna como parece: mucho hace, los antiguos Egipcios utilizaban fibra de vidrio, vidrio en filamentos, para adornar vasos, platos, etc. Empero, vidrio moderno para fibras no es el tipo para botellas o ventanas. Hoy en día, hay unas 1.000 composiciones de vidrio para elegir con características específicas - incluso un vidrio que ... se disuelve en agua; no el vidrio de preferencia en esta fábrica.

Hacia nuestra próxima meta, siempre hacia el norte, un yacimiento de huellas de dinosaurios.

A primera vista, parece extraño - huellas de dinosaurios tan cerca de centros urbanos como Nueva York y Boston; pero, claro, hay que tener presente que la tremenda separación entre los dinosaurios y nosotros, los humanos, es de épocas y no de lugares; en aquellos tiempos de dichas criaturas, todo era campo abierto.

Del lado izquierdo de la ruta, otro cementerio del mismo tipo que el anterior, salvo que éste es todavía más característico porque, en vez de encontrarse en terreno llano a la misma altura que la ruta, se extiende en una ladera bastante inclinada; ya no sólo a la vista sino en exhibición abierta para todo el mundo, sin separación alguna entre el mundo de los muertos y el mundo de los vivos.