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distancia entre Siberia y Alaska, un cuerpo humano momificado por congelamiento, con una antigüedad estimada de 1.600 años, el más antiguo cuerpo humano entero en toda América. Curiosamente, el cuerpo fue devuelto a su sitio; en 1977.

Pasando a un tema afín, el descubrimiento de 1766 mandíbulas, y otros huesos, de búfalos, cerca de Fairbanks, le preguntamos al investigador cómo se explica semejante acumulacion de ciertos tipos de huesos solamente, a exclusión de cualesquiera otros tipos.

El nos ofreció la explicación de que los huesos habían sido encontrados no donde los animales habían muerto sino donde los huesos habían sido depositados por barrido acuático, con la consecuencia de que - de la misma manera que pasa en las erosiones geológicas, cuando los materiales son separados unos de los otros, y también juntados unos con los otros, y llevados por las aguas a varias distancias, según su peso relativo: la arena, toda junta en un lugar, la grava, toda junta en otro lugar, las rocas, todas juntas en otro lugar, así con los huesos - los huesos chicos terminaron todos juntos en un lugar, los más grandes, juntos en otro lugar, y los más grandes, juntos en otro lugar, con el diferencial adicional de que los huesos chicos tienen menos probabilidad que los grandes de sobrevivir la molienda de la erosión y, eventualmente, pueden desaparecer por completo.

Tal vez sea así. Pero, a nuestro modo de ver, si bien esta teoría explica la separación de los huesos por tipo, no explica la acumulación original de los huesos luego así tipificados por arrastre diferencial, y no explica por qué no pasa lo mismo más comúnmente con otros animales en otros sitios de la Tierra.

En resumen, una visita muy interesante.

Por ahora, podemos decir que Alaska tiene cuatro atractivos que le son únicos y que valen la pena recordar: la influencia rusa; el oleoducto; la biblioteca (especialmente su rincón de los niños) y este museo de Fairbanks.

Hoy, el calor llegó a 32 grados. Hoy, todavía no nos iremos. Vamos a dormir en el mismo sitio que ayer, al norte de la ciudad, cerca del oleoducto.

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Hoy, nos despedimos de Fairbanks, pero no en el momento previsto y no en la dirección prevista.

Resulta que, desde el momento cuando, y por el mismo hecho de que, habíamos alcanzado Tuktoyaktuk, esporádicamente habíamos enfrentado la duda de si, eventualmente, valdría la pena ir más allá de Fairbanks; ya sea hacia el norte o hacia el oeste.