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caribúes machos y hembras, pero lamentablemente los tres caribúes matados fueron todas hembras, y cuando las abrieron, ahí no más, se vio que estaban preñadas; tres caribucitos menos para los años venideros.

Con este atraso imprevisto, llegamos al círculo polar, ya avanzada la tarde; y, por la hora, vamos a pasar la noche aquí. No ocurre todos los días poder dormir en el círculo polar; ¿o es que habría que decir sobre el círculo polar; o quizás, a la latitud del círculo polar?

Algún día, si Dios quiere, tendríamos que dormir en el ecuador; o sobre, o debajo del ecuador.

La diferencia entre este cruce y el cruce anterior del círculo polar es que, hoy, tenemos tiempo de sobra para asombrarnos ante la falta de lógica y de claridad de expresión por parte de los anglófonos, evidenciada en el marcador de este lugar especial del globo terráqueo, tanto en la falta de simetría de conceptos opuestos expresados como en la falta de lógica en sus encadenamientos.

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Pasamos una noche de silencio y tranquilidad perfectos, interrumpida solamente por el hecho insólito y bienvenido de que fuimos despertados por un corto chaparrón de nieve granizada como para no perdernos ver nuevas luminiscencias/ lúminas polares.

Al mirar afuera, por la granizada, vimos que el cielo estaba muy desigual, con una parte totalmente clara, donde se veía nítidamente corrientes de luminiscencias, y estrellas, y con otra parte, con nubes de corte medio tormentoso; inclusive, pudimos comparar el aspecto de las luminiscencias y de las nubes.  Las luminiscencias estaban bastante vigorosas.

Un aspecto curioso de las lúminas es que se puede ver estrellas a través, exactamente como se puede ver lucecitas a través de una cortina, y uno se sorprende de que las lúminas, al mismo tiempo, tengan tanta realidad y sean tan transparentes.

Esta mañana, el cielo se puso todo de acuerdo consigo mismo en el sentido de que está cubierto uniformemente por una capa plomiza. Ya hace mucho menos frío: 4 grados encima de cero dentro, y 3 grados bajo cero fuera, del vehículo.

Estamos por alejarnos definitivamente del círculo polar; hacia el sur. Trece días nos quedamos al norte del círculo, ciertamente más que el doble de lo que pensábamos; y nos hubiéramos podido haber quedado dos o tres o cuatro días más, especialmente en Tuktoyaktuk, pero no podíamos correr el riesgo de quedarnos aislados allí por la rotura de la banquisa oceánica por deshielo.