español english français česky

qué no, en vez de auroras boreales, "luminiscencias polares"; o, para aquellos que prefieren comodidad a precisión, sin llegar a inexactitud, "luces polares"?

Mañana, vamos a tratar de viajar al pueblo de Tuktoyaktuk; pero ya no hay más carretera en tierra firme - será todo por río helado y mar helado, con un espesor promedio de hielo, nos enteramos, de 1,2 metro en el agua dulce del río, y 1,5 en el agua salada del mar.  Vamos a ver.

Pensando en caminos, el pésimo estado de la carretera entre McPherson e Inuvik no era solamente una impresión nuestra; sino que, cuando llegamos a Inuvik, tuvimos la satisfacción - si es que así se puede llamarlo - de comprobar que los propios boletines del estado de las carreteras del departamento de vialidad también calificaban el estado de esta sección como muy malo, y aconsejaban a quien tuviera que transitarla usar la máxima cautela - lo que nosotros no habíamos tenido otro remedio que hacer, sin que nadie nos lo dijera.

Por encadenamiento de ideas, pasamos de carreteras a vehículos, y de vehículos a osos polares. ¿La conexión? En los Northwest Territories, las placas de patente de vehículos tienen por perímetro el perfil de un oso polar, lo que es, evidentemente, una idea muy pintoresca - tan pintoresca que los motoristas de aquí no se animan mucho a viajar fuera de su jurisdicción porque sus placas son el objeto preferido de hurtos por parte de cazadores de recuerdos en el mundo exterior. Lo que es tener una idea demasiado buena.

Pero, basta para hoy.

. .
*

De madrugada, por un acceso más que escabroso, hemos bajado al hielo del río Mackenzie, y ahí vamos, siempre hacia el norte; por el medio de su curso.

A primera vista, a pesar de todo lo que escuchamos, parece que este viaje por el hielo ártico no tendrá ninguno de los peligros enfrentados en las zonas montañosas porque aquí, en la llanura del agua helada, simplemente no hay adonde caer por más que uno resbale. Naturalmente, habrá que ver qué nos espera más adelante.

Estamos pasando unos barcos atrapados en los hielos.

Esta parte fluvial del trayecto ofrece un buen estudio de la noción de pendientes. Al principio, la superficie del hielo presentaba un declive hacia el mar - lo que era lo único que se podía esperar, aunque nos parecía un declive inexplicablemente pronunciado por tratarse de un río grande, ya en su >>>>>>>>