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Ahora mismo, tenemos espectáculo doble: un tren de cada lado del río, a la vez.

La ruta se apartó del desfiladero del Frazer. Hace 48 kilómetros, pasamos por un pueblo de nombre Seventy Mile House, o sea Casa de la Septuagésima Milla. Estamos en el pueblo One Hundred Mile House, Casa de la Centésima Milla. Nombres más preñados de substancia de lo que parecería a primera vista.

• Nombres evocadores de cómo estos pueblos empezaron, y de lo que, en esencia, todavía son.

• Nombres también ilustrativos de dos características del idioma inglés.

  1. Nombres ilustrativos de que el inglés es un idioma modular, o sea en el cual la misma exacta palabra puede ser, sin modificación alguna, substantivo, verbo, adjetivo y tal vez otra cosa más. En este caso, la palabra milla no es substantivo sino adjetivo.

  2. Nombres ilustrativos de que, en inglés, adjetivos no tienen singular, no tienen plural, no tienen masculino, no tienen femenino; lo nec plus ultra en comodidad para no tener que pensar, y en poder atrofiante del cerebro, justamente por no tener que pensar. En este caso, la palabra milla, siendo aquí un adjetivo, aunque haya 70 ó 100 millas, no lleva plural.

  3. Es de notar, sin embargo, que hay una manera a la vez angla y de lógica universal de utilizar la palabra mile sin preocuparse de plural a pesar de las 70 ó 100 millas, y es Seventieth Mile House, One Hundredth Mile House - pero es probablemente demasiado complicado en ortografía, en pronunciación, en concepto, y, peor todavía, demasiado largo (tres letras, o aunque sea solamente dos letras, más largo), para la mente angla, debemos de suponer, si no, no se explica.

De nieve, nada. Hablando con lugareños, nos enteramos de que no hubo invierno este invierno, o por lo menos que fue el más templado de los diez últimos años por lo menos; lo que, por una parte, tendría que alegrarnos porque el camino sigue bueno y seco y la temperatura sigue agradable, pero, por otra parte, que es la más importante, nos preocupa porque, más adelante, si no hay hielo, no habrá posibilidad de llegar hasta Tuktoyaktuk.

Hablando del Artico, esta mañana, escuchamos en la radio la reconfortante noticia de que, ahora, los científicos se dedican de lleno al estudio del estado y de la evolución de la Bruma Artica - entiéndase contaminación por emanaciones industriales subiendo tanto de América del Norte como de Siberia. Con la vigilancia del ojo científico, ya no hay por qué preocuparse; lo peor que pueda pasar es que los hielos árticos empiecen a derretirse más rápido de la cuenta, desencadenando concomitantes cambios climáticos generalizados e inundaciones de grandes partes de los continentes.