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Se presta la circunstancia al jueguito de "qué hubiese ocurrido si". Qué hubiese ocurrido, tanto en el destino personal de Colón como en la evolución posterior de la invasión europea de América, si, en este segundo viaje, Colón, en vez de recargarse con semejante contingente, que no podía tener otro uso que sedentarismo, colonización, hubiese ido, más humildemente, otra vez con tres naves, a explorar más ampliamente, con nuevo enfoque, una vez menguada la natural desorientación inicial del primer viaje - por ejemplo, haciendo, en este viaje II, lo que eventualmente hizo en el viaje IV.

¿Será cierto que semejante acumulación de recursos técnicos y humanos, en última instancia financieros, no tenía justificativo en los pocos inciertos kilómetros de costa que Colón había visto en su primer viaje?

Así como están las cosas, se dice que esta gran flota del segundo viaje no fue despachada en base a lo que Colón había visto en el primer viaje sino en base a lo que Colón había dicho que había visto o por lo menos vislumbrado - el más opulento reino de la Tierra, la promesa de especias, seda, oro, perlas.

→→Fue en relación con este viaje II que Colón escribió algo cuya primera mitad se cita religiosamente siempre y cuya segunda mitad púdicamente nunca se cita. En la primera mitad, escribe qué buenos, hospitalarios, afables, mansos, eran los indígenas. En la segunda mitad dice: "Con 50 hombres pudimos subyugarles y hacerles nuestros sirvientes".

→→Fue durante este viaje II, según investigaciones posteriores a la versión oficial de los acontecimientos, que Colón, apenas llegado al lugar donde el destino le obligó a fundar la Isabela, habría mandado, en la segunda quincena de diciembre de 1493, carabelas de exploración hacia el sur, lo que habría resultado en el descubrimiento de la costa norte de América del Sur, descubrimiento que, en la versión oficial, se atribuye al tercer viaje, en otras circunstancias.

Será cierto o no, lo cierto es que - si se agrega esta navegación heterodoxa al mapa ortodoxo del viaje II, como hicimos en nuestras anotaciones en Quisqueya - de repente la secuencia de los cuatro mapas de los cuatro viajes adquiere una lógica de evolución que, ahora, no se da.

→→Fue durante este viaje II que Colón, quizás ante la falta de contacto con algún reino-más-opulento-de-la-Tierra y sus especias, oro, seda y perlas, decidió por lo menos convencer a sus Reyes de que la costa sur de Cuba - que era casi lo único que él conocía de esa tierra - era parte de la costa de Catay; y tan determinado estaba Colón a convencer a los Reyes de ello que obligó a toda su tripulación, bajo amenaza de terrible castigo, a afirmar bajo juramento, en documento público ante el escribano de la flotilla, que esa costa sur cubana debía de ser de un continente, y que sólo a pocas leguas se encontraría gente civilizada.