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Es de preguntarse por qué "Antigua" en un lugar donde habían recién llegado. Contestación: por Nuestra Señora de la Antigua, de Sevilla. Esta Santa María de la Antigua del Darién estaba, pues, en la costa occidental del golfo de Urabá, mientras que las ruinas de San Sebastián estaban en la costa oriental.

Y ambos sitios están no lejos de donde nosotros emergimos de la selva del Darién-Chocó por el río Atrato, en el golfo de Urabá. Pero, entonces, no lo sabíamos.  ¿Qué quedará?

83- Y Martín Fernández de Enciso entró a ejercer su autoridad de Alcalde Mayor y lugarteniente del desaparecido Ojeda.

84- Pero Vasco Núñez de Balboa, con el poco afecto que le tenía, por la ira después de la salida del casco como polizón, aprovechó la oportunidad para oponérsele; y en base a un argumento legal irrefutable: el pueblo se encontraba en la margen oeste del golfo de Urabá, o sea del río Atrato, por ende en la jurisdicción de Nicuesa y no de Ojeda, y por ende, Enciso no podía ser alcalde.

85- Mientras se discutía, en base a ello, si el alcalde tendría que ser Diego de Nicuesa (del cual nada se sabía) o Vasco Núñez de Balboa, aparecieron dos barcos, aquellos dos barcos (60) al mando de Rodrigo de Colmenares, con provisiones para Nicuesa y buscando a Nicuesa. Se consultó con Colmenares la cuestión del alcalde. Colmenares opinó que, por derecho, tenía que ser Nicuesa; y siguió viaje en busca de Nicuesa.

86- Y así es que Rodrigo de Colmenares encontró a Nicuesa en Nombre de Dios, lo rescató y le anunció que le querían de alcalde en Santa María de la Antigua del Darién, con las consecuencias ya relatadas (61 a 69). Y con más consecuencias, como sigue.

87- Apenas, en aquel episodio, aquella embarcación con el desafortunado legítimo Gobernador y legítimo Alcalde Mayor, Nicuesa, se había perdido de vista de Santa María de la Antigua del Darién (68), Balboa siguió con la suya contra Enciso; ahora, con el propósito bien claro, no simplemente de impedir que Enciso se volviese, sino de volverse él, Balboa, alcalde y gobernador. Enjuició a Enciso y lo puso en cárcel. [Nos podemos imaginar muy bien, después de haber visto aquella cárcel-calabozo-único-a-la-calle en Guyana, esta cárcel.]

88- ... Pero Enciso, por intervención de amistades, pronto recobró su libertad; y regresó a España.

Así fue el fin de los sueños de autoridad de Martín Fernández de Enciso.

Y también así fue el principio del fin de Vasco Núñez de Balboa, por la queja presentada por Enciso al rey, tanto en su caso personal como en el caso del despacho por Balboa de Nicuesa en aquella embarcación no apta para la mar o sea hacia la muerte.