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de Behring. Pero, por motivos no especificados, Martins no prosiguió por el Pacífico y regresó por el mismo derrotero a Lisboa.

¿Entonces? Quizás alguien, algún día, exhumará un manuscrito, un mapa, algo, y quizás se sabrá.

Por lo menos, esta versión abre la posibilidad de que hayan ocurrido las dos versiones de la navegación - en un mes y con invernación en el Paso; un mes para cruzar; invernación - que no sería en lo peor del Paso sino más allá; y regreso.

/ Por otra parte, acabamos de convencernos de que tendríamos que haber sentido más respeto para con nuestro fortín de opereta o, por lo menos, el lugar donde se encuentra. Los primeros indicios en tal sentido fueron los ya mencionados, que Colón amarró ahí, y que Dias atracó ahí.

El indicio que terminó de convencernos es que fue también en ese sitio que resplandeció algo que, si bien, a primera vista, no tiene relación con América, sí tiene relación con América; que resplandeció la ceremonia, en presencia del rey Emanuel y de toda su corte, venidos de Lisboa - porque, claro, en esos días, Lisboa todavía no se había tragado Belém - de la histórica salida de la primera expedición comercial en aprovechar el derrotero terminado de descubrir poco antes, con mucha paciencia, por las exploraciones finales de Vasco da Gama, y de sus predecesores, hacia las tan apetecidas especias y sedas asiáticas, alrededor de Africa; salida de una flotilla, o quizás armada, de trece navíos, bajo el mando de Pedro Alvares Cabral.

Con gran pompa: misa, bendición de las banderas, despedida; con todos los capitanes besando la mano del monarca, embarque general con cañonazos para la zarpada; y con gran desencanto: por mal tiempo, la flotilla no pudo salir a la mar, y el rey con su corte tuvo que regresar a Lisboa sin la gloriosa culminación.  El 8 de marzo de 1500.

Si los potentados se hubiesen quedado a pernoctar, hubiesen visto la flotilla levantar anclas y velas al día siguente.

Tres preguntas quedan; y en ellas está la relación con América.

¿Compartían, aquel día, el rey dom Emanuel y el capitán Alvares Cabral, un secreto, el secreto de que, en ese viaje, se iba a descubrir oficialmente, como por accidente - ahora que ya no era necesario esconder un descubrimiento anterior secreto - la costa del futuro Brasil?

¿Fue realmente por casualidad, o fue como por casualidad, que en esa armada - dirigida hacia Asia a lo largo de las costas africanas, pero que, a pocas semanas de su salida, resultaría ser descubridora de la costa del futuro Brasil, del otro lado del ancho Atlántico - iba Duarte Pacheco Pereira, quien, >>>>>>>>