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Pasando por la ciudad de Coimbra. Unas casas, adaptándose a las exigencias, y, al mismo tiempo, aprovechando las posibilidades, de un terreno muy escarpado, parecen el prototipo de un caso análogo en Bahia, si bien nos acordamos.

Las ruinas romanas de Conimbriga.

Una gruesa muralla; un portal; nutrida cantidad de cimientos de ambientes varios; incluso de ambientes en subsuelo; fustes de columnas edificadas de ladrillos en sectores radiales de círculo; varios mosaicos como pisos, la mayoría con motivos geométricos; en un museo anexo, varios fragmentos de esculturas.



                    
                    Las ruinas

En el museo, una sola pieza que cautive la mirada, escultura de la parte delantera de un pie izquierdo, desde la mitad de la planta hasta la punta de los dedos; qué expresión, estos cinco dedos; bien mayor expresión que todo un habitual patricio y su toga.

En las ruinas, una sola pieza que cautive el interés: un mosaico representando jinetes a caballo en círculo. Lo demás, indudablemente idóneo, pero sin vigor ni fervor ni convicción expresiva; ningún esfuerzo transcendental, ni en imaginación, ni en atrevimiento técnico, ni en radiación artística. Estas ruinas romanas son indudablemente mucho más substanciales que las ruinas en Caerleon, en Kymru - y con buena razón, estando, estas ruinas aquí cerca del centro del imperio romano, y las de Caerleon, en la periferia - pero no se llevarían ninguna palma si fuesen transplantadas entre las ruinas precolonenses. Vamos a ver si tendremos la suerte, algún día, de admirar una ruina romana que venza esta barrera.

Ah, los cinco dedos del pie izquierdo, eso sí que no cualquiera lo puede hacer; la obra con personalidad de Conimbriga.



Aquí están

En el pueblito lindante vamos a pernoctar.

Y aquí no más, en esta aldea, descubrimos una perspectiva comparativa para los mosaicos romanos: mosaicos, también de piso, en el espacio de acceso a una casita en una calle apenas ancha para un solo vehículo; mosaicos de los geométricos; mosaicos de cubitos de cinco centímetros de costado en vez de las finísimas escamitas de un centímetro cuadrado; mosaicos más burdos - diferencia por otra parte natural entre estos mosaicos para uso pesado a la intemperie y aquellos mosaicos para uso refinado en un piso de ambiente interno; pero mosaicos al fin.

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Esta mañana, antes de salir, algo respecto a radiodifusión.

Nos gustaría escuchar el idioma portugués, pero es difícil encontrar algo que no sea deporte, publicidad, actualidad de la más efímera.  Nos gustaría >>>>>>>>