español english français česky

     ¿Por qué tiene que haber confusiones en acontecimientos tan recientes, en >>>>>una sociedad tan burocrática? ¿Por qué extrañarse ante versiones >>>>>incongruas en las sagas vikingas y en otros casos, si no hay fuerza de >>>>>credibilidad en este caso?  De todos modos, Cartier fue.

"Descubre" el golfo de San Lorenzo, apenas más allá de Terranova. Ni siquiera tiene la curiosidad de alcanzar el río propio, si bien tiene que haber inferido su existencia. Pero sí descubre en el golfo recién "descubierto" ... un pesquero, francés por colmo - de La Rochelle, para mayor detalle - ya en el golfo y pescando ... ¿Por qué sorprenderse, cuando otro Francés, Jean Denis, ya en 1506, también había surcado esas mismas aguas, y otro Francés, Thomas Aubert, andaba por las mismas aguas en busca de un estrecho hacia Catay y Cipango, ya en 1508?

Viaje II - 1535-36.

Levanta anclas con mayor cantidad de barcos, tres o cuatro. Esta vez, sí remonta el río San Lorenzo; toca tierra en el asentamiento indígena Stadacona, donde hoy se levanta Ciudad Québec, y en el asentamiento indígena de Hochalaga, donde hoy se levanta Montréal; pero descubre reciales destruyendo cualquier esperanza de paso, por lo menos navegable, hacia la India. Ni siquiera tiene la curiosidad de investigar qué hay encima de los pongos (hoy llamados Lachine) que le cortan la navegación.

Como para no regresar con las manos tan por completo vacías, alevosamente rapta un grupo de "salvajes" y se lo lleva a Francia; con, evidentemente, la consiguiente desesperación y enemistad de los locales. Incidentalmente, este grupo de "salvajes" es otro interesante caso de inexplicablemente diferentes versiones de un mismo tema. Según una versión, el grupo constaba de 10 "salvajes", 6 de ellos, niños; según otra versión, el grupo constaba de 12 "salvajes", un cacique y 11 notables. Explique quién pueda. Por otra parte, la diferencia no tiene importancia; lo importante es el rapto.

Viaje III - 1541.

Se pone a la vela con aún mayor cantidad de barcos; cinco. Esta vez, sin ilusión de algún paso hacia Cipango y Catay. (Y pensar que el paso existía por el Artico canadiense, según vimos cuando anduvimos por allí.) Esta vez, con la intención de colonizar lo avistado anteriormente; con un contingente de presidiarios sacados de cárceles porque no había bastante gente común interesada en ir. Y esta vez ... sólo como piloto de una expedición invasora-colonizadora al mando de otro; del señor de Roberval.

Ni siquiera lograron viajar juntos, el piloto Cartier y el hidalgo de Roberval. Es de preguntarse por qué, entonces, de Roberval tenía a Jacques Cartier de piloto. De todos modos, Cartier zarpó primero; llegó primero; y sin esperar la llegada de su superior, de Roberval, causó más enemistad por parte de los paraborígenes, llenó sus bodegas de oro y diamantes, y con la pomposidad del caso regresó a Francia.  Para enterarse, para su eterna >>>>>>>>>>>>>>>