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Y ahora sí, por Normandía.

Viendo el verdor, y hasta algunos árboles en flor, en pleno "invierno", no es de extrañarse que algunos Vikingos hayan preferido - más que explorar allende Eria, allende Islandia, allende Groenlandia, allende el Atlántico, o más que sólo saquear monasterios y ciudades aquende el Atlántico - buscarse, a más de los saqueos, su Vinland propio, de manera más cómoda, de este lado del Atlántico. Y lo consiguieron. Y no a pesar de la gente que saqueaban sino a pedido de la gente que saqueaban.

Resulta que en 911, cuando el rey frankense o proto-francés, cómo quiera considerárselo, Charles/Carlos III, andaba desesperado por, e indefenso contra, las asoladeras de los Vikingos, tuvo la brillante idea de conceder a un grupo de Vikingos, bajo la jefatura de Hrolf, la posesión de la zona aún hoy llamada de-los-hombres-del-norte ... Normandía - zona que ese grupo ya dominaba de todos modos - bajo las condiciones de que esos Vikingos
1) dejarían de desolar el resto de proto-Francia,
2) al contrario, se volverían una protección de proto-Francia contra los demás >>>Vikingos, y
3) aceptarían cristianizarse.

Bueno, esos Vikingos, y sus descendientes, cumplieron su promesa, no volvieron a invadir el resto de proto-Francia; pero como no se podían quedar quietos, invadieron Inglaterra; y se volvieron sus soberanos, en 1066, bajo Guillermo - duque de Normandía pues, alias, según convicciones políticas, Guillermo el Conquistador o Guillermo el Bastardo.

Se volvieron soberanos de Inglaterra - y se quedaron con Normandía, de manera que hasta 1468, cuando ya crecía Cristóbal Colón, hubiésemos estado viajando aquí por una dependencia inglesa.

Curioso es que, en su exitoso debarque desde Normandía en el sur de Inglaterra, estos Vikingos tuvieron una ayuda por parte de otros Vikingos, quienes, exactamente en el mismo momento, armaron una diversión por un debarque desde Noruega en el norte de Inglaterra.

Bueno, sí, todo ocurrió exactamente como dicho - pero no como estrategia planeada sino por pura coincidencia, sin siquiera conocer un invasor la existencia del otro invasor ...

No sabemos cómo eran aquellos Normandos de antaño, pero no nos los podemos imaginar como los "Normandos" de hoy, a juzgar por las casas y los supermercados de éstos.

Cada casa, un cubo de piedras tan sólido y tan falto de gracia como una casamata. Ibamos a decir un fortín, pero un fortín ofrecería más inventiva arquitectural. Hay indicios de que, en generaciones pasadas, había más amenidad arquitectural (habría que ver si por necesidad o por deseo): estamos viendo edificaciones, aparentemente viejas, construidas de armazones de >>>>>>>>