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con lo ahogado de la catedral Saint Paul de Londres. Y ahora, el gran espacio libre alrededor del edificio del teatro. Quizás por la similitud con lo despejado del teatro Colón en Buenos Aires.

Tenemos un problema con nuestro francés. Vemos carteles con "stop". Nosotros siempre creímos que, en francés, sería "arrêt". Traicionar al idioma patrio para economizar una miserable letra, cuatro letras en vez de cinco. Vemos carteles con "ticket". Nosotros siempre creímos que, en francés, sería "billet". Traicionar al idioma patrio por nada, ni siquiera por una letra, seis y seis.  Y hay otros casos; basta.

¿Será el vestigio de la dominación inglesa anterior o será la invasión angla de hoy, ahora no resistida sino recibida en ciertos círculos con ribetes de anglolatría?  Paralelismo con América Ibérica.

Pasando por el antiguo Artois, en tiempos de Colón justamente transferido de las manos del duque de Borgoña a las manos de la dinastía de Austria; y por la antigua Picardía, en tiempos de Colón recientemente transferida del rey de Inglaterra al rey de Francia; hacia nuestra próxima meta, el puerto de Dieppe.

Otra vez manejar por la derecha, después de dos meses de asidua práctica del manejo por la izquierda. Ningún problema, salvo, por alguna razón, en las glorietas, que requieren una volición cerebral definida para tomarlas por la derecha y no por la izquierda a la inglesa.

En las glorietas, una cosa en cuanto a la cual no hay duda es la prioridad. En cada glorieta, y las hay muchas, carteles repiten e insisten incansablemente que el automovilista que llega debe ceder la prioridad al automovilista ya en la glorieta. Recuerdo, al revés, de nuestra aventura en la glorieta de Panamá donde los automovilistas que llegaban tenían la prioridad y nos hubiesen embestido si Karel no hubiese clavado los frenos. ¿Pero, por qué esta insistencia de los carteles en una norma que, después de todo, es la habitual? Porque, hasta hace poco, la norma francesa era la misma que en Panamá, y ahora los automovilistas tienen que acostumbrarse al revés. Sería interesante preguntar a los ingenieros de tráfico qué razones habían tenido - porque seguramente las habrán tenido - para decidir una prioridad, y qué razones tuvieron para cambiar la prioridad.  Sí, Panamá; tanto tiempo hace ya.

Campos, amplios. ¿Dónde está la mentada agricultura artesanal francesa? De todos modos, bien atendidos, y verdes a pesar del invierno. La temperatura es muy benigna; pero ¿qué ocurre si nieva?  Con toda seguridad, los agricultores sabrán lo que hacen.

Edificios, de mampostería, sólidos - y con persianas que se cierran de verdad, no postizas a la vespucciana.

Ruta, buena; a veces, tipo autopista.