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literarios que sirven de base a óperas rusas; y estos extractos, no leídos perfunctoriamente sino puestos en vida con toda alma como un cuento de hadas.

Una caracterización global de la British Broadcasting Corporation, en oposición a cualquier radiodifusión a lo largo y ancho de América: despierta y sostiene el mismo maravillamiento permanentemente renovado que el causado por el follaje otoñal de Nueva Inglaterra.

Otras observaciones.

Hablando de Navidad, hay una inundación de Mesías de Haendel, una similitud absoluta con Vespuccia, como si fuera la única música jamás escrita para solemnizar el natalicio de Cristo. Por lo menos, tuvimos el interés de dos primicias para nosotros: escuchamos el oratorio, una vez en la revisión por Mozart, injertando un poco de rococó en el barroco original, y una vez en idioma galés, con hermosa ejecución y hermosas voces.

Incidentalmente, también escuchamos en idioma galés canciones tradicionales como Oh Tannenbaum, Stille Nacht, y otras, y nos pareció que el idioma galés es excelente como soporte firme y versatil de música cantada.

En cuanto a decoraciones luminosas navideñas, mientras, en Vespuccia, llegan a un despliegue que no se sabe si es de vanidad o de infantilismo, aquí, son muy restringidas, muy íntimas.

En cuanto al culto de la letra X, tan importante en Vespuccia que cada año celebran el Tiempo de X, Xmas, como lo escriben, aquí ese culto es muy reducido; la gente se conforma con celebrar el Tiempo de Cristo, Christmas.

Una cosa que no parece muy brillante en el Reino Anónimo es medicina. Ya nos acostumbramos a noticias por radio como las siguientes. Vacuna antituberculosis administrada a niños en dosis cinco veces más fuerte que la norma; y ello, no a pocos niños en un caso aislado sino a centenares de niños sobre varios meses. Errores en dosificación de remedios en hospitales. Pacientes de un cirujano con virus del sida, convocados para determinar posible contagio. Más de mil pacientes tratados por médico con hepatitis B, convocados para determinar posible contagio.

Los teléfonos públicos tienen dispositivos celestiales: cuando se coloca la moneda, una pantalla muestra la cantidad depositada y, al establecerse la comunicación, va mostrando el saldo menguante según el tiempo transcurrido; y cuando el saldo menguante se está por acabar, una señal sonora lo indica, para que se deposite más monedas - en cual caso la pantalla sube al total del saldo y del nuevo depósito, o para que se termine la conversación de manera civilizada, con preaviso y sin corte abrupto.

Es interesante cómo cada sociedad tiene sus costumbres características. En Nova Scotia, los teléfonos públicos también tienen una pantallita, pero para >>>>>>>>