español english français česky

Una similitud con Iberoamérica: luces de los vehículos no infrecuentemente deficientes. De hecho, vemos tantos coches con luces de un solo lado que nos preguntamos si no es un sistema tolerado, si no legal, para economizar electricidad.

Hasta ahora, en Eria, ni una sola vez el inamistoso, misantrópico, ofensivo, cartel, "Keep Out" tan profuso en las partes anglas de Vespuccia. Tampoco lo vimos en lo que recorrimos de Inglaterra y Gales. Lo que apunta a una feliz conclusión.  Pero esperemos cuando hayamos recorrido más de Gales e Inglaterra.

Volviendo a la solidez iberoamericana e in-angloamericana de construcción de las casas, dos observaciones.

1. Hasta ahora, en Eria, y también Gales e Inglaterra, ni una sola casa reducida a ceniza y humo, con sólo la chimenea todavía en pie como monumento funerario a la casa ida que, por su construcción, era, así como las demás casas, una pira a la espera de ser consumida por un incendio a la vespucciana.

2. Vimos otra casa en construcción. No de piedras, ésta, sino sólo con revestimiento de piedra; pero no revestimiento contra armazón de madera y paredes de algún prensado - prensado probablemente muy propenso a emitir efluvios químicos, como cámara de gas para los moradores, y/o muy propenso a cambiar un principio de incendio en una conflagración, como cámara de incineración para los moradores, algún prensado ciertamente incapaz de recibir, y menos mantener, un clavo común - sino revestimiento de piedra contra una armazón de vigas de hormigón y sólidas paredes de bloques de cemento.


La casa en construcción

En este mismo sitio de construcción, la manera de trabajar de los dos operarios que colocaban las piedras de revestimiento - y que observamos largo rato porque ahí estábamos estacionados - nos impuso una pregunta y quizás, al mismo tiempo, ilustraba la contestación.

¿Qué sociedad es más feliz - aquella sociedad donde dos operarios eligen creativamente piedras de revestimiento por el tamaño y la forma que necesitan, se detienen para enfatizar algo en una charla que nunca se interrumpe, crean, si necesario, de dos o tres martillazos, el tamaño y la forma adecuados, toman el tiempo de cubrir con la mirada los acontecimientos de la calle, evalúan con ojo estético experto el resultado de su empeño, o aquella sociedad donde un operario arma frenéticamente una armazón de madera o cubre la armazón con "paredes" de algún prensado, a golpe de pistola automática de clavos, brrrm, brrrm, brrrm, un operario que no tiene con quien hablar y, si tuviera, no podría, por el barullo de su pistola de clavos, automática, brrrm - brrrm - brrrm?

Claro, el operario de la metralla de clavos tapa, a manera de pared, una superficie de quizás 22 metros cuadrados, en el mismo tiempo en el cual los dos operarios colocan quizás 4 metros cuadrados de revestimiento, pero ¿quién es más feliz?