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Cada casa tiene su huerta; pero hay también aglomeraciones de huertas sin casas colindantes, lo que sugiere un apego a la creatividad agraria todavía latiendo en moradores de jaulas urbanas.

Observamos, con algo de aprensión, que el tráfico automotor se mueve en contradicción con las normas universalmente imperantes desde el océano Artico hasta Tierra de los Fuegos.

Todas estas observaciones desde el tren subterráneo naturalmente significan que los Londinenses tienen por lo menos un desatino conceptual en común con los Neoyorquinos: llaman "subterráneo" un tren que no lo es sino en partes, en vez de adoptar la voz apta para todas circunstancias "metro", tren metropolitano, que hasta los Washingtonianos aprendieron a utilizar.

Tren London-Liverpool. Nos preguntamos por qué una palabra tan anodina, transidiomática como London fue desfigurada, en francés y en español, en Londres; en checo, es sólo una adaptación menor, en Londýn. ¿Por qué estas diferencias? Y el colmo es que la versión checa, o sea eslava, a más de quedar, pues, más cercana del inglés, también es más cercana que la propia versión inglesa - y mucho más cercana que las versiones española y francesa, o sea latinas - al nombre original romano, Londinium, de 43 d.C.

» Asientos, de tapizado. No todos en la misma dirección. Algunas mesas grandes entre los asientos en direcciones encontradas. Cada asiento, de los demás, con su pequeña mesita plegadiza.

»  Compartimento para equipaje en las dos extremidades - y más importantemente en este caso, en las dos salidas - del vagón, fuera de vista y vigilancia de la mayoría de los pasajeros.

» Velocidad desagradablemente alta. Por dos razones. Por una parte, el cruce de dos trenes causa una puñalada de desasosiego ambiental. Por otra parte, mirando por la ventanilla, si bien lo lejano no causa problema, lo muy cercano, como ser las repentinas cortinas de matas cerca de la vía, causa incomodidad en los ojos.

Y ¿qué se ve?

1)Denso alfombrado de verde. Mucho verde, tanto en extensión como en intensidad. Parcelas, todas igualmente verdes, separadas por cercos vivos - debe de ser un trabajo tremendo implantarlos y, luego, mantenerlos.

2
)Muchas ovejas. Estas ovejas, símbolos de tierras pobres, en estos pastajes suculentos, una combinación que, en los ojos de los estancieros ovejeros patagónicos, sería una visión de delirio o una fantasía onírica.

3
)Algunas, pocas, vacas.

4
)Campiña, libre de casas aisladas; casas anidadas en pequeños pueblitos.

5
)En cada pueblo, las casas, como si moldeadas de una misma matriz, especialmente en los techos de dos aguas bastante empinados.

Viendo tanto verdor, y con florcitas - no accidentales sino en cantidades primaverales; admirando, de vez en cuando, rosales todavía con hermosas rosas grandes; acordándonos de las huertas y sus verduras londinenses; todo ello, en un otoño tan avanzado como este noviembre,  a una latitud tan septentrional >>>>>>>>