español english français česky

contra la vereda, de manera que puede abrir su puerta sin arruinar pintura, propia y ajena, y puede salir cómodamente como un señor?

\NY/  Observaciones adicionales.

Vamos, primero, a deshacernos de tres de estas observaciones porque se refieren al tema socialmente no permitido en este país legalmente de libre expresión, según ya sabemos; y lo haremos en manera críptica, sólo como ayuda mnemotécnica para nuestro uso futuro.

1) La confrontación habitual, histórica, siempre latente, a veces violenta, entre B y N ahora se ramificó; ahora, N está en con frontación no sólo con B sino también con un recién llegado, A.

2) En dos de las varias calles donde nos estacionamos alternadamente unos pocos días a la vez, los vecinos nos comentaron el inherente peligro para ellos de la duración de nuestras estadías porque, según nos explicaron, "nada tenemos contra Ustedes personalmente pero esa gente N podría hacer lo mismo y no podríamos echarla de nuestro vecindario por el antecedente de Ustedes.

3) Hay, en Nueva York, un grupo de gente que es un placer ver y tener de vecinos por su seriedad de comportamiento, por su decoro, incluso por el comportamiento y decoro de sus niños, niños sin duda pero con una educación que da gusto. Lamentablemente, no podemos decir quiénes son; no porque ellos se enojarían sino porque los demás, por inferencia, se podrían ofender. Como mnemotécnica cifrada, lo vamos a llamar el grupo J.

Esta cautela de opereta - como irrisión por el muy serio asunto de que, en este país campeón de la libertad de expresión, una de las grandes cadenas de televisión vespucciana suspendió, no hace mucho, uno de sus grandes comentaristas por haber utilizado dicha libertad de expresión fuera de las normas oficiales de la "political correctness" como se la llama aquí.

Ahora, las otras observaciones adicionales.

/\  Un espectáculo, a veces de proporciones a la vez penosas y fascinantes, está dado por los perturbados mentales/emocionales deambulando por las calles. Un caso extremo, pero no sorprendente en las circunstancias imperantes, es el siguiente.

║ Vimos, por una parte, una persona encaminándose por una calle hacia una esquina, arguyendo en voz alta con algo invisible, con inflecciones de enojo, y con grandes ademanes acusadores de un brazo; y por otra parte, por una avenida transversal, por Broadway justamente, encaminándose hacia la misma esquina, una persona en igual argumento con algo igualmente invisible, con igual voz enojada e iguales ademanes acusatorios. Era obvio que esas dos personas se iban a cruzar en la esquina.