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veces le vimos inspeccionar alguna basura pero siempre de manera diletante como caballero de alta sociedad paseando por vidrieras, y nunca lo vimos recoger algo. ¿Acaso un millonario chiflado? Mucha gana tuvimos de hablar con él y posiblemente podría haber sido muy interesante, pero ...

En cuanto a sus especializaciones,

algunos, limitan su práctica a objetos de valor (ventiladores, cerámicas, libros, etc.) y andan con bolsones pequeños y pesados;
⇒ otros, limitan su interés a latas de aluminio y deambulan con bolsas de plástico grandes y livianas.
Se impone la pregunta: ¿por qué especializarse en latas cuando hay tantas cosas de más valor? Se impone la respuesta: porque las cosas no-latas hay que ponerlas en venta, con la incógnita de cuándo se venderá, mientras que las latas son un cheque al portador que, en cualquier momento, se puede cambiar por dinero sonante.

En cuanto a su sagacidad,

⇒ ¿cómo puede esa gente juzgar, por un simple vistazo de paso, si una basura merece más investigación por una palpación con la punta del pie o con la mano, y luego, si merece aun más investigación revolviéndola por dentro?

P.S.I.  Y hay aquellos, de vez en cuando, que no tienen interés en objetos de valor, que no tienen interés en latas de aluminio, que no tienen interés en nada en el bulto de la bolsa de basura, que tienen interés solamente en algo que sería muy pequeño y que podría estar en el fondo mismo de las bolsas, fondo que palpan por fuera muy meticulosamente. ¿Serán agentes antinarcóticos buscando evidencias?

P.S.II.  Y hay aquel, un Budista, miembro de una comunidad budista cerca de uno de nuestros sitios de estacionamiento, flotando obstinadamente por las calles cercanas como un penitente, con interés disimulado, pero, a la larga, obvio, en las basuras. No pudimos resistir y preguntamos. Simple, la explicación: increíble la cantidad de objetos que el Budista acumula así en un año para su venta en la fiesta anual de la comunidad para rellenar los cofres.

Por otra parte, aún más increíble y pecaminoso que tirar cosas nuevas o casi nuevas a la basura es romperlas sistemáticamente antes de botarlas.

En una oportunidad, escuchamos un ruido de vidrio rompiéndose, y como venía de un lugar donde había basura, no nos llamó la atención - sin duda, alguien tirando alguna ventana o algún otro vidrio roto. Pero, como el ruido siguió repitiéndose ya quizás doce/quince veces, quién sabe, más o menos sin interrupción, fuimos a investigar.  Nos encontramos con una visión.