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Inquirimos. Varias personas, incluyendo un policía, nos dicen que "Nueva York es Nueva York" pero que esta cuadra sin salida, en este barrio, es posiblemente menos mala que las demás calles. Aquí, nos vamos a asentar. Desde aquí, vamos a enfrentar la inhabitual situación de percibir Nueva York como ninguna otra ciudad, considerando que ya tenemos algunas percepciones acumuladas incidentalmente a nuestras dos semanas aquí, ida y vuelta desde Buenos Aires, en los temas, si bien nos acordamos, de calles, diarios, radiodifusión, delincuencia; no nos acordamos si algo más.

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¿Cuántas semanas pasaron? Quién sabe. Más substancial, ahora, es la interesante tarea de poner un poco de orden en las notas de todo lo visto y/o aprendido, como tantas veces hicimos en el pasado; esta vez, una última vez.

Sí, así serán las categorías:
visitas, observaciones, observaciones reminiscentes de observaciones en otros países, observaciones adicionales, historias endo- hasta subterráneas, observaciones radiofónicas, contrapunto histórico con todo lo anterior.

\NY/  Visitas.

Nos pareció oportuno, en realidad, irresistible, empezar con tres museos directamente conectados con aspectos previos de esta Expedición:

→ el Museo del Indio Americano - sin que la mención de esta absurdidad >>>signifique su endorso, sea esta evidencia bien clara;
→  el Museo de Historia Natural (entiéndase Museo de la Naturaleza) - y éste, >>>no como otro museo más en el renglón sino específicamente por una >>>exposición especial dedicada a los pluviobosques;
 y el Museo Metropolitano de Arte.

/\  Museo del "Indio" "Americano" (¿?).

Cuando este museo era para nosotros solamente su denominación en abstracto, antes de nuestra visita, esta denominación misma nos irritaba como desdeñable, vil, despreciable; un reflejo de los igualmente adjetivados doctos eruditos que, sin duda, auspiciaron su fundación y auspician su existencia; con el detalle adicional de que no sabíamos si era fundamento para irritación por partida simple o por partida doble.

Era obvio, en la palabra "Indio", que la continuación, por los obtusos doctos eruditos, en vez de la corrección, por los inteligentes doctos eruditos - cinco siglos más tarde - del entendible error de Cristóbal Colón en cuanto a Indios que no eran Indios porque Colón simplemente nunca llegó a India, era - y es - fuente evidente e inevitable de irritación.