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También recibimos la advertencia de serpientes venenosas, como ser la cascabel - ¡la cascabel hasta aquí!

║ También vimos varios lagartos; verdes, cuando entre hojas, parduscos, cuando sobre troncos de árboles.

Después de una conversación con la señora de la casa enfriada, tenemos que corregir un punto de vista.  Cosa bien interesante.

Cuando aceptamos su invitación, ella nos había dicho que se alegraba de que éramos de espíritu lo bastante abierto para aceptar su invitación, lo que nos había parecido bien raro ya que nos parecía que la que tenía amplitud de espíritu era ella; y el caso quedó fijado en nuestra mente. En esta referida conversación, ya con más confianza, le hicimos el comentario.

De lo hablado, resulta que ella es producto de una sociedad y nosotros estamos acostumbrados a sociedades más compañeras. Dentro del marco de su sociedad, donde lo normal es lanzarse mutuamente la policía con o sin razón, entablar juicios con o sin fundamento, le había parecido, a la buena señora, fuera de lugar ofrecer un favor a extraños, y se sintió aliviada cuando a nosotros no nos había parecido fuera de lugar. Al contrario, dentro del marco de nuestra experiencia, con tanta gente en otras sociedades tantas veces amables con nosotros, la oferta nos había parecido digna de gran gratitud pero no fuera de lugar.

Y ahora entendemos que su insistencia en que nos ofrecía la casa porque es cristiana no era fijación religiosa sino una manera de mitigar lo que ella sentía como extraño. Sí, es ella un corazón de oro de muchos quilates, sólo que inconfortable de serlo en su sociedad tan frecuentemente inamistosa, hasta agresiva.

En otra conversación, tuvimos preguntas candentes para la buena señora en su carácter de agente de propiedades.

1) ¿Por qué tantas casas, y edificios en general, aun con sus cuatro paredes al exterior en el medio de su predio, libres pues de yuxtaposición con otros edificios, no tienen ventana en el baño?

Contestación: "money". Y nos dio como ilustración esta propia casa. En esta casa, de un valor de unos 32.000 dólares, con no tener ventana en el baño, se ahorró unos ... 100 (¡cien!) dólares. Además, nos dijo, aunque tuviera una ventana, de nada serviría porque ella no haría el esfuerzo de abrir la ventana, cuando es tan fácil prender el extractor de aire con sólo un dedo. No tuvimos el corazón de hacerle notar a la buena señora que una ventana le daría también luz natural gratis en vez de la luz artificial que ahora tiene que pagar; y que, al prender el extractor, también desencadena su ruido por lo que, mientras ella está en el baño, alguien le podría vaciar la casa, o la casa se podría incendiar, y ella no se daría cuenta.