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Esta mañana, nuestros últimos kilómetros en América Ibérica.

Después de tantas aventuras, tantas experiencias, que no se las puede encapsular en un solo pensamiento sino sólo desgranar en un rosario de relámpagos mentales, hacia Ciudad Juárez, la frontera y el futuro; un futuro todavía muy nublado en sus detalles.

Ciudad Juárez, la ciudad fronteriza de los Estados Unidos Mexicanos.

Otra ciudad chihuahuense, vale decir in-mexicana, punto final, y confirmatorio,
de la diferencia entre el estado de Chihuahua y el resto de México. Y no se puede teorizar que es la influencia vespucciana porque 1) la ciudad de Chihuahua, con mismo espíritu in-mexicano, se encuentra a centenares de kilómetros de la frontera; y 2) sobre todo, las ciudades fronterizas mexicanas de Matamoros y de Tijuana, a pesar de tener el mismo contacto directo con Vespuccia, son un desastre de suciedad, decrepitud, abandono. Tiene que haber una explicación; pero no la tenemos.

A cruzar el puente hacia El Paso, la ciudad fronteriza de los Estados Unidos Vespuccianos. Antes del Gran Robo, no habríamos tenido ninguna frontera que cruzar; pero, así, serán 92 los puestos de aduana cruzados por esta Expedición.

Descubrimos que el tráfico entre los estados de Chihuahua y de Tejas es tan denso que hay tres puentes internacionales sobre el río divisorio. Confrontando datos de varias fuentes (nunca se puede creer una sola fuente) elegimos el puente de Santa Fe.

Ya en la avenida de acceso, la densidad vehicular es de manada de ovejas, salvo que la lentitud es de tortuga. Y pensar que hay los dos otros puentes por ahí, supuestamente muy peores que éste. ¿Cómo se harán los trámites con semejante lava vehicular, centenares de coches ...? Y por la vereda lateral, son miles los peatones que llevan el mismo destino.

De repente, nos atravesó una irreversible realidad: estamos encaminados en el puente mismo, pasada tierra firme mexicana - no habrá, no puede haber, trámite de salida mexicana. ¿Y nuestros documentos - la fecha de sus vencimientos - para el vehículo, para nosotros? ¿Y los documentos que teórica- y oficialmente tendríamos que devolver? - ¿quedaremos fichados en los archivos mexicanos como violadores de la ley e ilegalmente en el país para siempre? Y nosotros, que tanto esfuerzo hicimos para llegar aquí antes del vencimiento a pesar de nuestra intoxicación - podríamos haber demorado dos días más, o dos semanas más, y haberlo tomado con calma y comodidad, que nadie se estaría dando cuenta en este momento.