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Mañana, vamos a visitar dos pueblos paraborígenes sobreviviendo hoy, Acoma y Zuñi. Se dice que estos dos pueblos, juntamente con una docena de otros pueblos paraborígenes en Nuevo México - a más de vestigios arqueológicos en Arizona, en el suroeste de Colorado, el sur de Nevada y el sur de Utah - son los testigos, en nuestros días, de la evolución, por lo menos diez veces milenaria, de las varias civilizaciones en toda esta zona.

Mirando más en el futuro, visitaremos también otros de estos pueblos-vestigios, pero recién cuando regresemos del Artico y crucemos otra vez Nuevo México, en otro sentido, camino hacia América Central. Y también será entonces que visitaremos, si Dios quiere, ciertos de estos vestigios arqueológicos en los estados colindantes.

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Esta mañana, apenas nos despertamos, tuvimos otra prueba de que, escuchando la radio, con un poco de suerte, siempre se puede aprender cosas interesantes.

Esta mañana, nos enteramos de qué es la libre expresión - en inglés, free speech. Incidentalmente, como sucede tan a menudo, la locución castellana "libre expresión" es mucho más exacta que la locución inglesa free speech.

Volviendo al tema, aprendimos que libre expresión es la libertad de expresar lo que uno quiera - siempre que el gobierno lo encuentre a su gusto; todo lo demás es, en la terminología gubernamental, propaganda, y por lo tanto, censurable.

Según escuchamos, un tal caso de "propaganda", y por lo tanto de tema censurable, está configurado por tres películas rodadas en Canadá y que los Canadienses querían mostrar aquí, en Vespuccia - y no pudieron mostrar - sobre temas, en dos de ellas, de las lluvias ácidas, y en la tercera, de efectos fatales sobre la salud de la humanidad de las radiaciones nucleares. No pudieron mostrarlas porque mencionar que Vespuccia es una mayor fuente de lluvias ácidas y de radiaciones nucleares no es free speech sino propaganda.

Ahora sabemos qué es libertad de expresión.

Camino al pueblo paraborigen de Acoma, nos alejamos de las serranías. Todavía se ve algunos picos lejos en el horizonte, pero la carretera corre por áridas ondulaciones de muy larga amplitud y de muy poca frecuencia, dominadas, de vez en cuando, por abruptas mesetas haciendo de islas e islotes en esta relativa llanura; y muy bien podría ser que estemos viajando por el fondo de un mar, o de un lago, o de algún otro cuerpo de agua, de otras épocas geológicas, y que estas mesetas hayan sido islas de verdad; o, más probable, que estemos >>>>>>>>