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cien metros - vale decir infierno de rugidos y explosiones y estrépito muy a la mexicana que, sabemos por experiencia, ni un kilómetro, o dos o tres, de distancia lograrían eliminar. Ciertamente no un lugar para refugiarse varios días a la espera del fin de las bacanales.

Veamos Tula, el pueblo.

Nada, pero nada, para una espera reclusa y hacendosa del fin de las bacanales, ni siquiera para pasar una noche con la total seguridad de no ser embestidos por falta de cuidado o exceso de alcohol.  ¿Entonces qué?

Ahá, vimos la oportunidad de pedir permiso a la policía, lo pedimos y lo obtuvimos, de estacionarnos en un predio vacío adyacente al puesto de policía. Perfecto para hoy.  Mañana, veremos qué necesidades surgen de la visita de las ruinas.

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Tula, las ruinas.

Para quien nada vio anteriormente, ofrecen algo. Para quien algo vio, poco ofrecen. Para quien vio Chichén Itzá, apenas un grano de interés ofrecen. Consejo: quien conoce Chichén Itzá, mejor que se quede en casa que visitar Tula - a no ser que su propósito sea rumiar por qué la capital de estilo neo-tolteca, Chichén Itzá, resulta muy superior a la capital imperial original tolteca, este Tula.  Detalles, mañana.  Mismo dormitorio que anoche.

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Detalles, hoy no. La ola de actividad de ayer nos hizo olvidar la incomodidad de quedarse en la zona de Tula (ruinas y pueblo) un minuto más de lo estrictamente necesario. Por lo tanto, el primer orden del día: disparar de aquí; pero, para ello, ante-primer orden del día: decidir en qué dirección aproar, o sea, impostergablemente ahora, decidir si enfrentar las tribulaciones
de Ciudad México, o evitarlas.

Después de largas cogitaciones, sedimentación de pensamientos, vamos a ir a Ciudad México. No se trata sólo de Ciudad México. Se trata también de Tenochtitlán; también de información que sería conveniente obtener ya para poder estructurar la fase final de la Expedición. Y seguramente debe de haber alguna joyita en la cámara-de-gas-y-cueva-de-policías-atorrantes.

Pero, primero, sobrevivir las bacanales de Navidad y Año Nuevo; ya mañana, 24 de diciembre.  Aquí, no.  Unica solución: regresar, hoy mismo, a nuestro sitio >>>>>>>>