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poliplataforma misma estaba revocada y pintada, la cabeza de serpiente al lado de la puerta todavía hoy guarda un tenue tono arrojizado/anaranjado, las esculturas de ocelotes estaban pintadas de amarillo con manchas oscuras, las esculturas internas del templo estaban pintadas; todo un mundo multicolor que, hoy, hay que imaginarse por sobre la grisura imperante.

Este templo, como todo el sitio, era el dominio de los Guerreros Ocelotl y de los Guerreros Cuauhtli, algo como las Ordenes Militares europeas de antaño - por ello, tantos "jaguares" y "águilas".

Otro recinto en Malinalco - lo que queda de él - justamente ilustra la versatilidad de la piedra toba: está, en parte, cavado monolíticamente, y, en parte, edificado con bloques.

Otro recinto en Malinalco - lo que queda de él - como para completar el abanico de posibilidades, queda por completo tradicionalista, levantado únicamente bloque por bloque y mezcla.

Otro recinto en Malinalco - lo que queda de él - presenta un interés desaparecido en lo visual pero todavía vigente en lo intelectual: tenía un techo de dos planos adyacentes a desnivel, de manera que el Sol del amanecer pasaba por el intersticio e iluminaba parte de la cámara pero dejaba parte en la oscuridad. Es que, en este recinto, se celebraba, cada 260 días, en el día Nahui Olin (Cuatro Movimiento), una gran fiesta del Sol; en esa oportunidad, los Guerreros mandaban un embajador de su institución al Sol - o sea, lo sacrificaban en medio de grandes festividades.

Cada 260 días; o sea en el mismo ciclo de 260 días que el tzolquin maya, salvo que no sabemos cómo se llama en náhuatl - por exceso de empeño nuestro, o será por ineptitud de los genios: si nos hubiésemos limitado a una fuente de información, estaríamos seguros de que el ciclo se llama tonal-pohualli; si nos hubiésemos limitado a otra fuente de información, estaríamos seguros de que el ciclo se llama tonal-amatl; pues, con esta discrepancia, no estamos seguros de nada; y vimos una tercera versión: tanal-ámatl.

Ah, esos genios; y las pobres masas deseosas de aprender, así enredadas en vez de ilustradas por ellos ...

El interés histórico de Malinalco - y tanto más para nosotros, después de nuestra reciente visita a Chalcatzingo - es que, así como Chalcatzingo es un exponente de lo más antiguo precolonense que se conozca en trabajo artístico monumental de piedra en esta parte de América, Malinalco es un exponente de lo más reciente precolonense - más reciente, imposible: el trabajo de cavado de un sexto recinto fue interrumpido por el asalto al sitio por los Españoles, y ahí está el edificio, inconcluso e último; y que estaba por ser también totalmente monolítico. Incluso el inicio de la construcción del primer recinto, el monolítico descrito, ocurrió recién en el año 9-Casa, o sea 1501, cuando los Españoles ya se diseminaban como Hunos por el Caribe.