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^^ Claro que, en los centros más cosmopolitas como el Distrito Federal, estas costumbres ancestrales se van perdiendo, estando reemplazadas por el moderno y "desarrollado" chantaje anual importado de los niñitos chantajistas de Vespuccia.

♦♦ Los Tapetes Alegóricos son una contribución de arte popular al espíritu de alegría fúnebre. Los hacen artistas callejeros; en una base de arena, llana o provista de varios relieves; con un palito o el dedo, dibujan los rasgos de la imagen; y luego le dan colores por medios a gusto: con anilinas o pigmentos para óleo hábilmente administrados con coladores de varios calibres, y/o con materiales vegetales, desde flores a nueces, pacientemente incrustados lado a lado. Interesante, la psicología de dedicar tanto empeño a algo que se sabe tan efímero. La misma psicología subyace, si se quiere, las esculturas de hielo que vimos en el Artico, pero allí, por lo menos, se trata de semanas de orgullosa existencia; aquí, de un par de días, ni una noche más.



Uno de los tapetes

Mañana, será, debe ser, hacia nuevos horizontes.

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Hoy, no fue. Se nos ocurrió tareas varias que, apenas se nos ocurrieron, nos parecieron impostergables - como ser proteger tres mangueritas de goma contra el salpicado de la fuga de aceite de la caja de transferencia - quién sabe si la goma no se desintegraría a la larga; y como ser cubrir con sellador las grietas en la carrocería, consecuencias del subdesarrollo de la municipalidad de Tapachula; y otras tareas.

Gastado así medio día, nos pareció más atinado no meternos en apuros innecesarios - apuros ya tuvimos muy de sobra cuando eran inevitables - y salir recién mañana.

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Esta mañana, encontramos que, ayer, pecamos por imprevisión - bueno, en un asunto menor. Resulta que teníamos la esperanza de hablar, más tarde hoy, con un arqueólogo a un día de viaje de aquí para despejar nuestra duda en cuanto a Monte Albán - Edzna, pero nos olvidamos de que hoy es viernes y que él, los viernes de tarde, o sea antes de nuestra llegada, se retira del sitio hasta el lunes. A esperar, pues, con trabajos varios - como ser correspondencia con seis meses de atraso, etc.  Mañana, veremos.

Esta tarde, tuvimos, además, una ocupación extra: la visita, en la propia plaza del templo de Santo Domingo, de un lagartijo que, no nos explicamos cómo, subió por la ventana del vehículo.