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cosa; comer una banana, sabiendo qué diminuta parte es de la constelación - de la conbananación - original en el tallo, es otra cosa.

))
Se echa las manos en una pila de agua. En el agua, se las mueve manualmente, con dos propósitos:
              1) para lavarlas;
              2) para que, por tal manipulación, terminen de separarse los dedos >>>>>>>>      - entiéndase bananas - no bien unidos en las manos.

)) Se saca las manos del agua, aprovechándolo para separarlas en calidades, segunda y primera.

)) Para tener el honor de ingresar a la calidad primera, las manos deben ostentar obligadamente todos sus dedos así: largos, gruesos, en huso elegantemente arqueado, de piel inmaculadamente impecable - otra vez la cosmética; todo ello, según una norma mínima juzgada por la costumbre del ojo de las operarias, ocasionalmente verificada técnicamente por un supervisor con su bananómetro.

)) Una mano - aun por lo demás perfecta - no es aceptable si demasiado voluminosa; cierto volumen es necesario para opulencia, pero demasiado volumen da aspecto industrial, resta elegancia.

)) Incluso la forma del corte del muñón de la mano es importante: vimos un inspector quitar meticulosamente medio centímetro a un muñón o encuadrar otro mejor; siempre la cosmética.

)) Las manos juzgadas de primera reciben más tratamiento cosmético: se las deposita delicadamente en bandejas anatómicas y se las corre por debajo de una larga vaporización de lo que parece agua pero, en realidad, es conservante; y emergen del otro lado con un color verde que parece indefiniblemente diferente del verde original.

)) Porque, naturalmente, todas estas bananas, de banana tienen sólo la forma; de gusto y de color, nada; son verdes e inedibles; el color vendrá durante el viaje hacia los mercados, y el sabor - el verdadero sabor a banana - probablemente nunca; por ello que las bananas que probamos en Vespuccia, a más de parecer admirable plástico a la vista, eran deprimente plástico al paladar.

)) Luego, se prepara partidas de peso uniforme (45 libras en vez de las 40 libras nominales, por la duda).

))  Se pega a cada mano una orgullosa etiqueta de identificación de la marca de las bananas, a veces, dos etiquetas diferentes.

)) Previos último vistazo de cosmética y última vaporización, manual, de conservante, cada partida se embala en un envoltorio de plástico (húmeda, en plástico, nos sorprendió, pero es lo que vimos), y en una caja de cartón.

))  Finalmente, de primera o de segunda, a los mercados.

))     Las manos de primera, a Europa, Arabia, Vespuccia, Canadá. Así es, pues, el origen de esas bananas que se ve comúnmente en los supermercados de Vespuccia y de Canadá, aparentemente de plástico, aparentemente salidas todas de un mismo molde.

)) Todo lo demás, los dedos sueltos y las manos de segunda, a granel, a mercados regionales - en Guatemala mismo y países cercanos.