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en verlo. Es que, a más de escuchar las susodichas informaciones en cuanto a accesibilidad, también escuchamos, de paso, datos en cuanto al estado presente de las cosas en la cueva; y también re-estudiamos nuestras propias informaciones respecto a los glifos y dibujos.

Resulta que lo que nos había parecido interesante, hasta fascinante, antes de nuestra exploración del mundo maya, ahora nos parece una redundancia: glifos vimos hasta la saciedad; y los grafiti de Tical y estos dibujos de Naj Tunich, que vimos en fotografía, nos parecen una misma cosa. Más, al contrario, entre los grafiti de Tical, vimos dos verdaderas expresiones artísticas muy superiores a cualquier cosa que vimos en fotografía de Naj Tunich.

Además, en Naj Tunich, parece haber menos dibujos que en Tical; así nos lo dice, sin proponérselo, una famosísima revista por sus fotografías: publica, de Naj Tunich, una columna de glifos, desde dos ángulos que nada agregan uno al otro; un dibujo, en dos tamaños, normal y ampliado, que nada agregan uno al otro; y un dibujo, en nada menos que tres tamaños. Con toda seguridad, si hubiese en la cueva más dibujos para fotografiar, los expertos fotógrafos de la famosa revista los hubiesen fotografiado, y la revista los hubiese publicado en vez de repetir dos y hasta tres veces las mismas fotografías para llenar espacio.

Y en cuanto al estado presente de las cosas, se nos informó que las expresiones rupestres están parcialmente vandalizadas, y que la cueva está bajo custodia militar.

Así que ¿para qué?

Vamos a pasar el resto del día aquí mismo, debajo del exotismo de los pinos. Mañana, seguiremos viaje, pasando, como debemos, de todos modos, por Chacté; y hasta entonces, tendremos el tiempo de confirmar o cambiar este punto de vista.


Arará en Finca Ixobel

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Hoy, el viajar, otra vez de mal en peor; a 15 kilómetros por hora en primera.

Alcanzamos la magna altitud de 550 metros. Vastas vistas. Pero no más pinos, otra vez palmeras, bananos y demás vegetación al tono. No entendemos por qué había pinos 100 metros más abajo.

Chacté.

Una patrulla militar nos dijo: "No se meta, una trocha terrible con huellas así de profundas; y hay bandoleros, ya varias veces robaron dinero de gente que se atrevió."