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… Por ejemplo, el indiscriminado uso por ellos de tigres y jaguares, cuando tigres en América no existen. Sabemos perfectamente bien que es costumbre popular inveterada decir tigre cuando de jaguar se trata, no nos molestó cuando aquel paisano en Paraguay nos dijo que hay tigres en el monte, o cuando aquel hombre en el delta del Orinoco nos quiso vender un colmillo de tigre, al contrario, se lo puede disfrutar como localismo; pero cuando eruditos se arrogan el privilegio de guiar las masas, y cuando, en una publicación, se lee tigres y, en otra publicación, se lee jaguares, para la misma cosa - como para enloquecer a la inocente alma tratando de iluminarse - ya cambia el cariz.


   
            El Templo de los "Tigres"
                                                       
                                                           El siempre presente Cuculcán/Quetzalcóatl

… Por ejemplo, ahora mismo tenemos a la vista una publicación especializada en arqueología explicando doctamente que tal cosa es "un templo o un altar". ¿Cómo la misma cosa podría concebirse ya sea como algún tipo de edificio o algún tipo de mesa?

Empero, cuando se nos quiere hacer concebir, en castellano, inglés, francés, que en Chichén Itzá hay un "Castillo con el templo encima", un "Castle, with the temple on its summit", un "Château avec le temple au sommet", es tiempo de retraer su sanidad como caracol en su concha para evitar contaminación.

O Para jugadores de pelota decapitados chorreando sangre en forma de serpiente, el lugar es la Cancha de Pelota. De yapa, también está el sacerdote, todavía con una cabeza también chorreando sangre en su mano.

Es curiosa la similitud entre este bajorrelieve y los grabados en Sechín en la representación de sangre chorreando de una decapitación o de otra mutilación, no en forma de derrame, de salpicado, sino en forma de serpiente, aquí, más explícita, allá, más simbólica, pero inescapablemente idéntica.

Había, en Chichén Itzá, según la fuente que se elija creer, siete, o más, canchas de pelota. De todos modos, ésta es la cancha más grande de todas las conocidas en América. Y de paso aprendimos que hay vestigios de tales canchas no solamente por toda Mesoamérica sino también hasta en islas del mar Caribe y en el suroeste vespucciano.

Esta Cancha tiene características acústicas: tiene un eco de 9 repeticiones; y, desde su tribuna sur, se escucha perfectamente lo hablado en voz normal a 150 metros, en la tribuna norte.

En tema más profundo, esta Cancha de Pelota, junto con un Templo de los Jaguares que le está pegado y la domina - a no confundir con la Plataforma de Jaguares y Aguilas - son prueba de lo difícil que es distinguir entre ponencias chifladas y ponencias aparentemente chifladas.