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Así conseguidos los paneles del molde, se pasa a unirlos con bulones y tuercas, en un negativo completo tridimensional, hueco, de la copia de la pieza a replicar.

║ Para formar la réplica, se pinta el interior del molde - o sea la capita que estaba en contacto con la copia - con otro tipo de mezcla; en este caso, mezcla, de resina de poliéster, de arena - la cual hay que elegir en cuanto a su granulado según la granulación del original - de un espesante, y de un pigmento para asemejar el color del original.

║ Una vez colocada cuidadosamente esta capa - que será la faz externa de la réplica - se le va agregando capas internas de poliéster y resina líquida, como en el caso del refuerzo del molde, también con propósito de refuerzo, de manera que la réplica, de afuera, tendrá aspecto de piedra pero, por dentro, será hueca.

║ Y se deja asentar, o sea gelar, como escuchamos, unas tres o cuatro horas. Mientras se va asentando, la mezcla se pone bastante caliente por la reacción química de la resina.

Si la pieza a replicar es muy compleja, hay que hacer todo lo descrito hasta ahora, por separado con sus varias partes, y luego unirlo todo en el producto final.

║ Una vez quitado el molde, y la réplica a la vista, hay que limpiarla con solvente para quitarle un brillo de plástico que tiene, de manera que se vea sólo la granulación de la arena imitando la piedra. También se limpia con agua; y no hay reparos en cepillarla con cepillo de alambre para darle el aspecto natural. También hay que eliminar las costuras, las rebarbas, dejadas por las juntas de los paneles del molde.

║ También se la va retocando con cinceles y otras herramientas de escultores para darle un aspecto realista. Y, finalmente, hay que darle su patina, vale decir darle sus miles de años de edad, imitando las manchas, las demás imperfecciones del original, con pinceles, pistolas de aire, y demás.

Lista la réplica. Una réplica que, por lo que vimos, no es pues una reproducción confundible con el original; a tal punto que, bien sorprendentemente, cuando se hace varias réplicas con el mismo molde, siempre habrá por ahí una pequeña diferencia aun entre las réplicas mismas.

Estas réplicas que van haciendo aquí son las destinadas al sitio arqueológico de La Venta, donde se irán arruinando con la lluvia ácida y demás emanaciones petroleras, mientras los originales, aquí en Villahermosa, se irán arruinando más lentamente, según nos explicó el encargado de las réplicas, por las intensas lluvias, y por el sudor y demás efluvios cutáneos de los visitantes, quienes frecuentemente no encuentran nada mejor que abrazarse con una pieza para la fotografía de rigor.