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Pero, hablando, uno se entera.

Este La Venta - alguna vez, el mayor centro de los Olmecas - curiosamente, por alguna razón tuvo que germinar, pero logró crecer y florecer, sobre una isla, un islote, de unos cinco kilómetros cuadrados, entre pantanos sujetos a inundaciones. Es, en verdad, notable que no solamente los Aztecas sino también los Olmecas hayan decidido y logrado iniciar y desarrollar algo grande en un islote en la precariedad de pantanos.

El mogote estriado es una estructura bien curiosa; seguramente en su aspecto, tal vez en su significado.

En su aspecto; porque, realmente, por sus costados ondulados verticalmente, hace pensar en un muy inarqueológico budín de gelatina; y porque, realmente, por su puntiagudez, casi se merece - la primera tal estructura que vemos en América - el rango de pirámide.

En su significado; porque sugiere meticulosos conocimientos astronómicos entre los Olmecas. Hay ponencias, según las cuales las lastimosas laceraciones por erosión no serían tales; según las cuales los Olmecas no solamente alinearon su pirámide hacia cierta parte de la Ursa Mayor sino también, mucho más notablemente, la estuvieron realineando para ir adaptándola a los cambios de posición de las estrellas en el firmamento - lo que evidencia conocimientos astronómicos de larga duración; y como, para los realineamientos, no podían ni girar su pirámide ni arrasarla cada vez y levantar otra, simplemente iban modificando - realineando - sus costados, con el resultado, con ayuda de la erosión, de las ondulaciones que se ve hoy.

En cuanto a la antigüedad de este mogote-pirámide, dentro de lo que se pueda tomar en serio fechas olmecas en su ya mencionada retrogresión, algunos estudiosos le asignan el período alrededor de 1200 a.C., mientras otros estudiosos ubican todo el sitio de La Venta en el período desde 1000 a.C. a 600 a.C.

Desde un costado de la extraña pirámide, se aleja una plaza rectangular alargada, como un eje central; en la otra extremidad de dicha plaza, otra acumulacion de tierra, pero ésta, en la habitual estructura de plataforma; y más allá de esta plataforma, un patio rodeado por una barda de columnas de basalto.

Quizás algún día, todo ello se vea otra vez en la realidad, sin la ayuda de la imaginación. Así como ya se va desmantelando y eliminando las ex-viviendas de los ex-pobladores para implementar los planes de restaurar todo el sitio a su aspecto arqueológico original, se está echando los cimientos de lo que será un museo que, por el tamaño de los cimientos, ha de ser un museo de importancia; y, según se nos comentó, en Villahermosa ya se está haciendo réplicas de todas las piezas originales mudadas de aquí para allá, para colocar las réplicas aquí, en los sitios donde se encontró los originales.