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quizás por ello, en cuanto a cantidad y calidad de hallazgos olmecas, es muy inferior a los dos otros centros olmecas principales, San Lorenzo y La Venta; de que también se encontró terracotas con ruedas precolonenses como en Tampico y otros sitios; de que, de lo poco excavado, poco queda; de que virtualmente no vale la pena los 20 kilómetros de camino malo desde aquí;

…… en cuanto a San Lorenzo; de que, cronológicamente, es el primero de los tres grandes centros olmecas, algo de 1300 a.C.-700 a.C.; de que es donde hubo los más hermosos hallazgos, entre ellos, la cabeza de 2,70 metros y 18 toneladas; de que nada queda, habiendo sido llevado todo al museo de Xalapa; de que sí queda un gigantesco túmulo-plataforma, de 1.200 metros x 770 metros x 50 metros;

…… en cuanto a La Venta; de que es contemporáneo de San Lorenzo, algo de 1100 a.C.-600 a.C.; más grande que San Lorenzo; menos acabado que San Lorenzo; de que tampoco queda todo lo que se encontró, habiéndose mudado a Villahermosa todo lo que se pudo mover ante el peligro de exploraciones petroleras, quedando sólo las construcciones inamovibles.

Considerando todo lo suso-escuchado - la diseminación pos-excavaciones de lo olmeca por lugares que no le son originales - tomamos las decisiones siguientes: a Tres Zapotes no vamos a ir; a San Lorenzo tampoco iremos, ya que, por lo escuchado, San Lorenzo vino a encuentro nuestro en el museo de Xalapa; pero sí iremos a La Venta y a Villahermosa.

Ojo. En la plaza central de Santiago Tuxtla (Tucstla), no dejarse engañar por las cuatro cabezas chicas, de apariencia exótico-antigua de, por lo menos, 1970 a.C. (con la apreciación pre-condicionada por la fecha, de "Ay qué interesante es esto"), pero esculpidas, en realidad, alrededor de 1970/80 d.C. (con la apreciación pre-condicionada por la fecha, de "Bah, y eso, qué").

Otra oportunidad para meditar sobre qué relación hay habitualmente, y qué relación debería haber, entre la ubicación cronológica y el valor intrínseco, en la apreciación de un objeto; por qué tantos objetos de factura infantil se venera sólo por ser antiguos, y tantos objetos de valor intrínseco indudable se ignora por el solo hecho de ser actuales.

Pernoctaremos aquí mismo.

Desde hace un rato, está cayendo un diluvio tropical. No tanto como en Manaos, empero.

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