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y semejantes huesos seguramente se lo merecerían. Además - una vez infiltrada la duda - ¿por qué una fuente se refiere sólo a artefactos (sin ninguna descripción) y una fuente, sólo a los huesos (con lujo de detalles)? Y parece excesiva la diferencia de estimación entre 22.000 y 32.000 años, hasta 39.000 años. Algo no va. Demasiada incoherencia. ¿Y ahora qué? Unica solución: de vuelta a Puebla, a la oficina regional del Instituto de Antropología, a descubrir un arqueólogo versado en Valsequillo.

Hoy, no; es domingo. Bueno, no nos molestará disfrutar de esta apacibilidad, aquí, hasta mañana por la mañana.

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Ya está, desvelado el misterio. Qué sorpresa, qué interesante; un desenlace como en un guión de misterio; no uno de aquellos desenlaces insidiosamente insinuados por la trama, sino el desenlace en el cual nadie pensó.

De vuelta en el cañón de Valsequillo, como ambiente apropiado para digerir lo aprendido.

Resulta que uno de los ingredientes de confusión de la trama, lo podíamos haber solucionado nosotros. Por la información refiriéndose a artefactos, nosotros, muy naturalmente, y sin lugar a duda, entendimos objetos manufacturados como acaso una punta de flecha o quién sabe - pero dicha información de artefactos es de origen vespucciano, o sea en inglés, y nosotros, muy imperdonablemente, omitimos aplicarle el coeficiente de incapacidad conceptual vespucciana.

Sabemos que los Vespuccianos llaman "artefacto" no específicamente lo que la palabra dice, algo facto por arte - en el sentido latino de la palabra - algo hecho de mano humana, sino cualquier cosa, aun un esqueleto, con que sea arqueológico, y teníamos que haber pensado que los "artefactos" de la información vespucciana podían ser huesos. Y lo son. Así que, un problema solucionado: no hay discrepancia, no hay huesos o artefactos, son todos huesos; y, entre éstos, notablemente, el omóplato labrado.

Sí, pero hay un problema. No se encontró todo un depósito de huesos labrados, sino, entre todos los huesos, un solo hueso labrado, solito, el omóplato. Y éste, sí, es indudablemente un hueso fósil, y está lleno de incisiones y otras marcas; literalmente desaparece debajo de incisiones y otras marcas.

Sí, pero hay un problema; hay tantas incisiones, que resultan en una maraña con más caos que otra cosa. Eso sí, eligiendo con paciencia y creatividad ciertas de las incisiones - y haciendo caso omiso de las demás - se vislumbra delineaciones de animales; no hechas todas al mismo tiempo, por la misma mano.