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Altitud, 1.800 metros y subiendo.

Nos preguntamos qué le pasaba a Cortés por la cabeza durante su marcha por aquí.

Villorrios hay bastante seguidos. Cuando tienen agua municipal, que no es inhabitual, el tanque es una plataforma hueca, en una parte alta. Parece que los Mexicanos no se pueden despegar de esa forma geométrica, aun sólo como símbolo de zigurat.

Es costumbre, por acá, tremendos aleros sobresalientes, como protección inexpugnable contra lluvia y sol. A veces, todo el altillo encima del alero sobresale bastante, en una forma angular muy inhabitual, podemos decir única, en lo que vimos de América.

Pueblo de Xololoyán, y subiendo.

2.100 metros.

2.300 y luchando.

2.600 y subiendo.

2.950 metros; ¡qué saludable liviandad tiene el aire a esta altitud! Se niveló el terreno: como no podía faltar, un altiplano - o, por lo menos, un pequeño pene-altiplano.

El entorno se ha vuelto a tono - semi-árido, como páramo; qué diferencia con lo semi-baritropical de más abajo.

Asfalto. Asfalto, antes de lo que esperábamos. Ay, sí, pero con peligros fatales como nunca pueden surgir en caminos de pedregal como el que acabamos de recorrer: los muy literales rompemuelles invisibles, sin preaviso, sin causa, en una carretera de velocidades normales de crucero. Un crimen que habría que enjuiciar en los tribunales.

Alcanzamos el pueblo de Perote.

Aquí, nuevas divergencias en cuanto al derrotero de Cortés, y, esta vez, muy serias.

Una opinión lo manda por Altotonga, Teziutlán y Zautlá, una grandísima vuelta y en dirección opuesta a la lógica, considerando que era plan establecido de Cortés ir cuanto antes a la capital de los Tlaxcaltecas, con los cuales anhelaba pactar una alianza; otra opinión lo manda directamente a Zautlá, todavía una gran vuelta a 90 grados de la meta apetecida con suspenso y urgencia.

De todos modos, nada fundamental ocurrió con Cortés, por una vuelta o la otra - o, quién sabe, alguna tercera - hasta encontrarse Cortés y su banda en territorio tlaxcalteca. Y ahí vamos, ahora, nosotros por el camino más lógico - el directo.