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Jugos de fruta pura, no; sólo con agregado de azúcar. Agua, no. Leche, sólo de la super-matada, la de "larga vida". Queso: compramos uno que, por su alto precio, podía significar buena calidad; una masilla insulsa. Huevos, sí. Verduras, (más o menos). Frutas, (más o menos). En cuanto a presentación,
dejadez; cosas amontonadas sin gracia; cosas marchitas o podridas, dejadas marchitarse o podrirse todavía más.

Después de esto, el supermercado de Huntsville - ciudad bastante menor que este Veracruz - parece sólo un ensueño que nunca existió en la realidad y es sólo producto de nuestra imaginación.

Y el bochinche infernal en la calle, autobús tras camión tras autobús; infernal.

Dos teléfonos futuristas; ni transceptores necesitan, sólo la punta de los cables: por lo menos, así cuelgan los cables, con los transceptores arrancados.

Y ahora, hacia nuestra próxima meta, el islote de San Juan de Ulúa; o mejor dicho, según tenemos planeado, hacia el principio de nuestra próxima meta, que se extenderá sobre centenares de kilómetros y varios días.

Siguiendo direcciones sucesivas, nos estamos adentrando cada vez más, más que a gusto nuestro, en las instalaciones portuarias, pero parece que por allá es - con que no nos metamos en una zona aduanal; concomitantemente, surgen recuerdos, emocionales, no sólo visuales, en nuestras mentes, de muelles, contenedores, grúas, cargueros, papelerío, sellados, aprensiones, cercos aduanales, Cartagena, La Guaira, Santo Domingo.

Ah, aquí está. Estamos en el islote, sin habernos dado cuenta; evidentemente, hoy en día, sólo un ex-islote, parte homogénea de la maraña de muelles y dársenas del puerto de Veracruz.

Hay, aquí, un fuerte, también constreñido por dársenas y muelles; pero es un fuerte de los habituales del siglo XVIII, sin interés para nosotros salvo que, en sus murallas, se ve una buena muestra de estrías y pliegues coralinos en los grandes bloques de piedra de coral de su construcción.

Parece que, más exactamente, San Juan de Ulúa es el nombre del fuerte, y que el nombre original del islote es isla Gallega.

Nuestro interés en estar en este islote es que aquí fue a donde el destino llevó a Hernán Cortés en su primer paso hacia lo que él mismo no sabía, en el momento, que iría a ser su terrible ferocidad en el aniquilamiento de los Aztecas - a tal punto que, escasos años más tarde, serviría de ejemplo magistral a Francisco Pizarro para su aniquilamiento de los incas.

Y nuestra próxima meta es seguirle sus pasos hacia y hasta su encuentro con el emperador azteca en Tenochtitlán.