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San Antonio.

Mucha nomenclatura callejera española; muchas caras hispano-paraborígenes; un par de caras de paraborígenes locales. Recién preguntamos direcciones; en inglés, sin mucho éxito, en castellano, sin problema.

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Hoy, 24 de diciembre, cuarto día en San Antonio.

San Antonio es la ex-capital del Tejas de los tiempos cuando Tejas era todavía parte integral del Méjico original, antes de la maniobra, en dos tiempos, de su arrancamiento por Vespuccia; y San Antonio sigue albergando los respectivos símbolos de dichas dos fases, el Palacio del Gobernador y la Misión de El Alamo.

Visitamos ambos.

El Palacio del Gobernador no es el original; fue refaccionado a punto de haber sido reconstruido; sus puertas son réplicas basadas sólo en dibujos de la época, etc.

Pero aun así, sigue siendo el símbolo de la primera fase de la maniobra, el símbolo de la autoridad mejicana a la cual los extranjeros vespuccianos acudían respetuosamente para obtener sus permisos de residencia como extranjeros.  Alrededor de 1820.

La Misión - en realidad Misión San Antonio de Valero, como corresponde a un recinto religioso y al epónimo de todo lo que fue creciendo en su rededor - conocida como de El Alamo, también fue bastante refaccionada, en su iglesia y sus dependencias.

Pero aun así, sigue siendo el símbolo de la segunda fase de la alevosa maniobra, uno de los varios lugares en Tejas donde los extranjeros vespuccianos cambiaron su respeto simulado en su anexionismo abierto, y trataron de derrocar al gobierno nacional mejicano e imponer su propio gobierno extranjero.  En 1836.

Naturalmente, no así lo presenta la mitología vespucciana. La mitología vespucciana presenta El Alamo como un "sagrado" "santuario" de "Libertad", donde 189 "héroes" "tejanos" fueron "masacrados sin merced" por 5.000 Mejicanos dictatoriales - cuando esta versión contiene cuatro censuras obliterativas de los acontecimientos,

1. cuando, en realidad, los soldados mejicanos dieron a los sediciosos extranjeros vespuccianos la oportunidad de deponer su actitud, lo que los extranjeros vespuccianos contestaron con un cañonazo para mantener en Tejas la esclavitud abolida por Méjico ya en 1829 pero todavía confortablemente vigente en Vespuccia;