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sirve leer o escribir si no se sabe usar la cabeza, según los tantos ejemplos que ya mencionamos?

~ Entre los predicadores radiofónicos, descubrimos uno, muy sensato y útil: no se pone histérico, no diseca versículos, habla muy pausadamente, conversa con oyentes por teléfono sobre temas - a veces dilemas - de moralidad presentados por los oyentes, del punto de vista cristiano; entiéndase, como ya dicho, protestante exclusivamente.

~ Por otra parte, ya sabíamos que Católicos no son cristianos, pero, ahora, también oímos, sí oímos con nuestros oídos, que Mormones tampoco son cristianos.

~ También aprendimos que la virulencia bíblica del Túnel Bíblico se traduce no infrecuentemente en juicios, algunos célebres, contra textos escolares contrarios a las creencias bíblicas literales de las familias de los alumnos - siendo la controversia más explosiva aquella entre Creación y Evolución.

~ Otro asombro nos propinó la cultura vespucciana, según comentarios en la radio. Con el principio del año escolar, esta semana, empezó una competición a muerte entre los alumnos, no por mejores grados sino por mejores y más caras vestimentas y accesorios de altas marcas y última moda; con violencia física, incluyendo destrucción de propiedad ajena, robos, agresiones, incluso disparos de armas de fuego.

  Pobre sociedad podrida. ¿Por qué no toma ejemplo de los países subdesarrollados al sur de acá, donde todos los escolares tienen el mismo uniforme, ya sea a nivel nacional o a nivel de escuela, según vimos? ¡Increíble! Cuando parece que ya no puede haber asombros, otro surge de alguna parte.

~ Lamentablemente, se va confirmando que la violencia en El Salvador se va arraigando en la capital misma también.

Ay, qué alegría. Del abismo del subconsciente, surgió en este exacto instante una observación luminosa (literalmente), quizás como redención deseada subconscientemente de todo lo malo recién anotado.

Entre este bosque en su cerro y la ciudad en la llanura, la ruta, naturalmente, tiene muchas sinuosidades; y tiene cruces; y tiene la inevitable plétora vespucciana de indicaciones de tráfico. Entre éstas, hay luces de tráfico. El problema es que, debido a las curvas, no se ve las luces hasta estar prácticamente encima. La solución luminosa es que las luces de tráfico invisibles detrás de la curva están conectadas con dos focos amarillos antes de la curva, focos que, ya sea, destellan en advertencia de que la luz de tráfico detrás de la curva está en rojo o por pasar a rojo, o quedan apagados cuando la luz detrás de la curva está por pasar a verde, o está en verde.  Muy bien.