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Ah, pero, ya rellenando la pulpería para nuevos horizontes, nuestra cabeza nos mostró de qué no es capaz la mente en días enteros pero de qué es capaz en un milisegundo, y decidimos replegarnos al silencio y la seguridad del bosque en el cerro; con la diferencia de que, antes, mayormente pensábamos, día a día, que iría a ser el último día, mientras que, ahora, sabemos que estamos en Huntsville sin duda para los próximos seis días completos.

La conexión que nuestra mente no supo hacer en muchos días pero supo hacer en un relampagazo de último instante es, que este lunes venidero será el Día del Trabajo vespucciano, vale decir que los tres días, sábado, domingo, lunes, serán una orgía de movimientos automotores familiares para aprovechar el último feriado largo antes del invierno, serán una orgía pura y simple de ebriedad, según lo estamos escuchando a saciedad por radio, y por lo tanto una orgía de accidentes y muertos en las carreteras, y es que dichos peligros nos encontrarían en lugares por demás poblados en la vecindad de New Orleans. Por lo tanto, nada de viajar; una cosa es viajar por el mar Artico congelado, vadear ríos con arenas movedizas de Bolivia a Chile, otra cosa es exponerse, a ciegas, a divagaciones de borrachos motorizados o simplemente de familias cansadas por el esfuerzo de descansar.

Otro aspecto curioso de cómo funciona la mente es que no tuvimos que preguntarnos ni un instante cómo pasaríamos los seis días. En el mismo momento de decidir quedarnos, nos pareció evidente que nos esperaba hacer verificar y engrasar la tracción delantera, verificar y limpiar el motor de arranque, poner los mapas de nuestro itinerario cumplido al día, lavar ropa, hacer cambiar el termóstato del motor, etc. etc., y nos pareció evidente que podríamos combinar una entrevista en la estación local de la Radio Pública Nacional, que, en los días anteriores, no se había podido combinar por falta de seguridad por parte nuestra si nos íbamos a quedar.

Entrevista arreglada para el lunes, precisamente del Día del Trabajo (vespucciano); será de una hora, y los oyentes podrán telefonear preguntas.

Y ahora, a todo lo demás.

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Martes, de mañanita.  Todo cumplido.

Mecánica, lavado, entrevista radiofónica, etc.

Tracción delantera y motor de arranque, sin problemas.

La entrevista se merece su nicho entre las entrevistas memorables de esta Expedición, pero por lo mala que fue; fundamentalmente, en su estructuración, >>>>>>>>