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Hay en Huntsville, entre varios supermercados muy buenos, uno, extra-bueno; no es, hay que tener el realismo de reconocerlo, un exponente fiel de todos los supermercados muy buenos de Vespuccia, porque es mejor que cualquiera de los muchos que conocimos, pero no es insólito utilizar un caso dramático para destacar cierta situación.

Este supermercado se puede caracterizar por sus

• 118 tipos de quesos,
• 35 tipos de mostazas, incluyendo una con miel,
30 tipos de vinagres, incluyendo de arroz y de frambuesas - nos hace pensar >>en el vinagre de banana que compramos en Costa Rica,
• 15 tipos de aceites para cocina y para ensalada,
• 75 tipos de tés y otras yerbas,
frutas no sólo de Vespuccia sino también mangos de México, kiwis de > Australia, manzanas de Francia, naranjas de Israel, así como castañas de >>Italia,
• truchas ahumadas, arrenques en salsa de vino,
• truchas vivas en su acuario,
• langostas vivas en su acuario,
• su caviar,
y, para decorado floral de la mesa, tulipanes de Holanda, rosas de Brasil, >>orquídeas de Hawai, lirios de Africa y flores locales.



Sin olvidar los niños y los lisiados

No es que lo susodescrito sea necesario para la felicidad gastronómica en este mundo, pero es un buen reflejo de la variedad general en todos los renglones, aun en los alimentos más básicos y comunes, incluyendo tipos de papas - para este propósito, y éste, y otro.

Claro que lujo no es sinónimo de inteligencia, y alimento no es sinónimo de comestible, y claro que hay que estar, como en cualquier otro mercado, permanentemente alerta contra las listas químicas de carcinógenos y otros patógenos entre los ingredientes de lo ofrecido como supuestas comidas y bebidas - y ni pensar en oler las flores, cargadas que están, como todas las flores de floristas, de pesticidas y sus consecuentes enfermedades.

Mañana, realmente, tendríamos que estar viajando otra vez.

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Esta madrugada, tempranito nos levantamos, otra vez en nuestro habitual modo activo hacia adelante. Un poco más tarde, aun antes de aparecer el Sol encima del horizonte, el tiempo se mostró una belleza; perfecto para viajar. Con la satisfacción de haber disfrutado tanto del bosque y a la vez de habernos librado en particular de la herrumbre, arrancamos hacia una parada de rellenar pulpería en el supermercado, camino, con expectativa, hacia nuevos horizontes.